Asia y Francia, favoritas al Oso de Oro de la imprevisible Berlinale
El cine asiático, sea con la China que retrata Wang Xiaoshuai o la Mongolia de Wang Quan'an, así como el francés François Ozon y su denuncia de la pederastia en la Iglesia, son los favoritos al Oso de Oro de la Berlinale, que entregará el sábado el jurado que preside la actriz francesa Juliette Binoche.
"Öndog", el poético filme rodado sobre la estepa mongola, y "Gràce à Dieu", la de Ozon, se colocaron entre las preferidas de la crítica de la revista del festival, "Screen", para los filmes a competición.
El ranquin solo se publica en los primeros días de la Berlinale, un festival con reputación de imprevisible en cuanto a su palmarés, por lo que las perspectivas de los filmes proyectados a partir del martes quedan a merced de las quinielas entre pasillos.
"Di jiu tian chang ("So Long, My Son"), donde Wang Xiaoshuai recorre 30 años de la historia china a través de un drama familiar, fue la última película presentada a competición, el jueves, y se situó de inmediato en el liderazgo de las quinielas oficiosas.
Los dos representantes del cine asiático son nombres habituales del festival alemán -Wang Quan'an ganó el Oro en 2007 con "Tulla's Marriage", otra poética lección de cine rodada en Mongolia-, mientras que Ozon ha sido asimismo presencia frecuente en Berlín.
Todos ellos dejaron sus nombres inscritos en el palmarés de anteriores ediciones, lo mismo que Zhang Yimou, el maestro del que se esperaba ver "One second", excluida en el último momento de la competición por unos problemas técnicos tras los que algunos han visto la mano de la censura china.
Junto a los mencionados consagrados se dan firmes opciones a premio a nuevos talentos, como la macedonia Teona Strugar Mitevska, quien compitió con un filme de corte feminista muy acorde con el compromiso declarado de la Berlinale con el cine hecho por mujeres.
La española "Elisa y Marcela", en torno a dos mujeres que logran casarse en la Galicia de 1901 gracias a una trampa, también encaja en ese compromiso y su directora, Isabel Coixet, es amiga fiel de la Berlinale, donde ha presentado nueve películas en toda su carrera.
Italia hizo vibrar al festival con "La paranza dei bambini", de Claudio Giovannesi y con guión de Roberto Saviano, al servicio de una historia de clanes juveniles en el criminalizado Nápoles.
El israelí Nadav Lapid dividió opiniones con "Synonymes, un cinta en torno a un desarraigado compatriota que deambula por París, lo mismo que ocurrió con "Répertoire des villes disparues", un filme de pueblos zombies del canadiense Denis Côte.
El alemán Fatih Akin, Oro en 2004 con "Gegen die Wand" ("Contra la pared"), fue para algunos la gran decepción con su retrato de una decrépita Alemania, mientras otros lo encumbraron como una lección de cómo convertir lo feo en arte.
A su actor, Jonas Dassler, en el papel del asesino en serie de prostitutas, se le ve en la Berlinale como un firme aspirante a la Plata como mejor actor -en reñida competencia con los protagonistas de Ozon.
Para el Oso de la mejor actriz las apuestas apuntan a la joven protagonista de "Systemsprenger", Helena Zengel, la desgarradora niña capaz de desarrollar la máxima violencia y también ternura, entre desbordados asistentes sociales y terapeutas.
Otras destacadas interpretaciones femeninas fueron la de Valerie Pachner, en el filme austríaco "Der Boden unter den Füssen" ("The ground beneath my feet"), y la de Maren Eggert, en la alemana "Ich war zu Hause, aber" ("I was at home, but"), otra representante del cine anfitrión que dividió opiniones.
La Berlinale se ha ganado la etiqueta de festival imprevisible, sobre todo en los 18 años bajo la dirección de Dieter Kosslick, quien con esta 69 edición dejará el cargo.
Su lista de máximos galardones cuestionados es larga; el último exponente fue el Oro de 2018 a la rumana "Touch me not", filme que provocó en su pase muchas deserciones, aunque el más chocante fue el que ganó, en 2005, "U-Carmen", una versión sudafricana de la ópera de Bizet.