Hugh Grant: "Me gusta la idea de agarrarme al cine glamuroso de antaño"

El actor inglés Hugh Grant a su llegada hoy al hotel que aloja a los invitados de la 64 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde presenta su película "Florence Foster Jenkins".
El actor inglés Hugh Grant a su llegada hoy al hotel que aloja a los invitados de la 64 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde presenta su película "Florence Foster Jenkins". / EFE
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18 de septiembre 2016 - 15:41

El actor Hugh Grant, de visita en San Sebastián para presentar en el Zinemaldia su último largometraje "Florence Foster Jenkins", ha admitido que es probable que hoy los mejores guiones estén en la televisión, pero él no tiene "ganas" de probar por ese camino porque le gusta "la idea de agarrarse al cine glamuroso de antaño".

"Algunas de las cosas que me encantaban del cine ya no son lo mismo que hace 20 o 30 años. Mis amigos me dicen que por qué no pruebo, pero es que no quiero hacer el esfuerzo, me gusta la idea de agarrarme al cine glamuroso de antaño", ha dicho.

Con el mismo encanto que derrocha en sus papeles, el "sex symbol" londinense afirmó rotundo que prefiere la magia del cine: "Tiene un algo romántico especial que ni la mejor televisión de hoy en día podría igualar".

El protagonista de la supertaquillera "Notting Hill" llegó este mediodía a la capital donostiarra con algo de retraso sobre el horario previsto, lo que solo significó que hubiera aún más gente esperándole a las puertas del hotel María Cristina.

Tras posar para los fotógrafos en la terraza del Kursaal, concedió una única rueda de prensa en la que respondió a preguntas durante algo más de veinte minutos.

Con el típico sentido del humor británico, que el actor reconoce como seña de identidad, Grant mantuvo las distancias sobre su idea de qué son las películas para él: nada de pensamientos profundos.

"Para mí, ni es una cuestión religiosa ni una cuestión de fe. Yo lo hago lo mejor que puedo para que las películas sean entretenidas y no sean demasiado tontas".

El actor, que ha rodado más de medio centenar de películas con los mejores directores del mundo, recuerda que, de Woody Allen, le quedó un consejo que él mismo ha transmitido a sus hijos: "El 98 % del éxito es aparecer en el plató. Así que, ese es el primero: aparece y hazlo".

De Roman Polanski dice que fue el primer director con quien se dio "realmente cuenta del poder que tiene el cine como algo diferente y más grande que la televisión".

Contesta brevemente y nunca dos preguntas formuladas a la vez; no opina sobre el "Brexit" porque le "agota" el tema, esquiva con chistes las preguntas más profundas y reflexiona sobre lo sobrevaloradas que están a veces la sinceridad y la autenticidad, "leit motiv" de la cinta que estrena hoy, dirigida por Stephen Frears.

Reconoció que le tenía tanto "miedo" al director, al que conocía por su activismo social y político, como a su compañera de reparto, Meryl Streep: "Hacer escenas emocionales con alguien que tiene 19 nominaciones a los Óscar es absolutamente intimidatorio".

En la película, la estadounidense se convierte en Florence Foster, la "peor cantante de ópera de la historia", una rica heredera que existió y que dedicó todo su dinero y esfuerzo en cantar en el Carnegie Hall, lo cual consigue gracias al cariño de su marido, St. Clair Bayfield.

Por ello, explica, se preparó más que nunca para hacer el papel, se fue a Nueva York para documentarse sobre el personaje real, leyó sus diarios "y cartas que se han conservado".

"Y me sorprendió que después de la muerte de Florence seguía siendo un mal actor en paro y seguía intentando buscar trabajo. Eso fue una clave para mi. Quería que la gente supiera que detrás de este actor tan guapo y elegante había un actor trágico sin trabajo".

Es la segunda vez que visita el Zinemaldia, aunque dice que, de la primera, cuando vino en 1988 con "Remando al viento", de Gonzalo Suárez, no se acuerda de nada porque debía de estar "muy borracho".

Ha continuado con las bromas al confiar en que el mundo del cine siga contando con él para darle papeles de "estrella romántica", aunque ahora se dedicará al cine infantil, porque dice que tiene "centenares de hijos" y tiene que mantenerlos "entretenidos".

"Acabé haciendo estos papeles por equivocación. Buscaba un buen guión y los que me llegaban eran comedias románticas, y hacerlo no es tan fácil, dicho sea de paso. Es más divertido interpretar a tipos malos, al héroe, pero realmente no estoy tan seguro de que siempre haya tenido éxito haciendo esos papeles", zanja.

Más brevemente, contó que rechazó trabajar en la tercera parte de "Bridget Jones", aunque se lo pidieron "muchísimas veces": "No había forma de que funcionara mi personaje, así que pensé que mejor que lo hiciera otro actor", explicó.

Ha reiterado que cree "que aún no es momento" de dirigir y que, en realidad, no le gusta la ópera.

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