La clave para una piel joven y sin arrugas está en las patas de pollo, según la ciencia

En medio de la revolución del bienestar, donde los suplementos de colágeno inundan el mercado con precios elevados y promesas de juventud eterna, un alimento tradicional, económico y muchas veces subestimado ha captado la atención de la ciencia: las patas de pollo.

Ese ingrediente que ha sido parte de caldos y sopas en la gastronomía latinoamericana durante generaciones está ganando terreno como un auténtico superalimento gracias a su altísimo contenido de colágeno, una proteína esencial para mantener la piel firme, las articulaciones saludables y los tejidos jóvenes.

Diversos estudios respaldan que las patas de pollo contienen hasta cuatro veces más colágeno que otros alimentos comunes, lo que las convierte en una de las fuentes naturales más poderosas de esta proteína. Según Infobae, su consumo regular puede reducir la formación de arrugas, mejorar la elasticidad de la piel, fortalecer huesos y articulaciones, e incluso ayudar a ralentizar el proceso de envejecimiento.

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A medida que envejecemos, el cuerpo reduce la producción natural de colágeno, provocando flacidez, molestias articulares y una pérdida general de firmeza en tejidos. Pero esta decadencia natural podría ser contrarrestada desde la cocina, sin necesidad de productos costosos ni fórmulas milagrosas.

“Mientras muchas personas desechan las patas de pollo sin conocer sus beneficios, la industria cosmética y farmacéutica las utiliza para fabricar suplementos de alto valor comercial”, señala Infobae. Lo que para algunos es un desecho, para otros representa un ingrediente estrella.

Beneficios de comer patas de pollo

Estos son los beneficios más destacados del consumo de patas de pollo, de acuerdo con recientes hallazgos científicos:

1. Rejuvenecimiento de la piel: El colágeno que contienen ayuda a mantener la piel tersa, reduce las líneas de expresión y mejora la hidratación cutánea.
2. Regeneración del cartílago: Gracias a su contenido de condroitina, un compuesto clave para las articulaciones, las patas de pollo ayudan a restaurar el desgaste del cartílago, aliviando dolores en rodillas, codos y espalda.
3. Mejora de la salud digestiva: Son ricas en alcaloides hidrófilos, que protegen la mucosa intestinal, favorecen la cicatrización del tracto digestivo y reducen inflamaciones como la gastritis y los gases.
4. Fortalecimiento pulmonar: Contienen cisteína, un aminoácido que estimula la producción de moco protector en los pulmones, ayudando a mejorar las defensas respiratorias.

En Colombia, las patas de pollo no son una novedad en las mesas populares. Sin embargo, su alto valor nutricional ha pasado desapercibido para muchas personas, a pesar de formar parte de caldos tradicionales que, sin saberlo, han funcionado como auténticos remedios caseros.

Hoy, con el respaldo de la ciencia, estos platillos cobran una nueva dimensión y se presentan como alternativas asequibles frente a suplementos que pueden costar decenas o incluso cientos de miles de pesos.