Dislexia: señales de alerta, diagnóstico y avances científicos en su abordaje

Cada 8 de octubre el mundo conmemora el Día Internacional de la Dislexia, una fecha clave para generar conciencia sobre un trastorno del aprendizaje que afecta a millones de personas.

Dislexia
El hallazgo abre la puerta a diagnósticos más precisos y estrategias de intervención personalizada / IA - META

De acuerdo con la Clínica Mayo, la dislexia es “un trastorno del aprendizaje que consiste en la dificultad en la lectura debido a inconvenientes para identificar los sonidos del habla y aprender a relacionarlos con las letras y las palabras (decodificación)“. La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) la clasifica dentro de los trastornos específicos del aprendizaje, destacando que no se relaciona con la inteligencia, sino con diferencias individuales en las áreas del cerebro que procesan el lenguaje.

Los especialistas coinciden en que la detección precoz mejora significativamente el pronóstico educativo y emocional. La Asociación Internacional de Dislexia recomienda prestar atención a los siguientes indicios entre los 3 y 6 años:

  • Retraso en el inicio del habla y dificultad para aprender nuevas palabras.
  • Problemas para recordar o nombrar letras, números o colores.
  • Complicaciones para rimar o jugar con fonemas.
  • Confusión en nociones espaciales o temporales, como “hoy–mañana” o “derecha–izquierda”.
  • Dificultades para relacionar sonidos con imágenes.
  • En la etapa escolar, los maestros suelen ser los primeros en detectar señales como:
  • Lectura y escritura por debajo de lo esperado para la edad.
  • Errores frecuentes en la pronunciación y en la ortografía.
  • Problemas de comprensión lectora y lentitud para seguir instrucciones orales.
  • Inversiones u omisiones de letras y números.
  • Evitación de actividades que requieran lectura.

Según la Clínica Mayo, cuando estos signos no se identifican a tiempo, pueden aparecer consecuencias adicionales como baja autoestima, frustración y conductas de evasión académica. Aunque la detección suele enfocarse en la niñez, la dislexia puede persistir en la adolescencia y la adultez. Los síntomas más frecuentes en esta etapa son:

  • Dificultades para leer en voz alta y a buena velocidad.
  • Problemas para resumir textos extensos.
  • Errores ortográficos constantes y obstáculos en la escritura formal.
  • Mayor dificultad para aprender idiomas extranjeros.
  • Necesidad de más tiempo en tareas que implican lectura y redacción.

La falta de diagnóstico temprano incrementa el riesgo de enfrentar barreras académicas, sociales y laborales, lo que refuerza la importancia de la detección oportuna.

Ni la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) ni la Clínica Mayo consideran que exista una única prueba definitiva para diagnosticar la dislexia. El proceso incluye evaluaciones psicológicas, neurológicas y educativas, además de entrevistas familiares y análisis del desarrollo escolar.

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El tratamiento se centra en intervenciones pedagógicas personalizadas, terapia psicológica y apoyo logopédico. Aunque no hay medicación específica, los expertos subrayan que el acompañamiento familiar y la capacitación docente son determinantes para reducir el impacto en la vida escolar y social.

En 2022, un equipo internacional liderado por Hayley Mountford, de la Universidad de Edimburgo, publicó en Translational Psychiatry el mayor estudio genético sobre dislexia realizado hasta la fecha. El análisis incluyó datos de más de 1,2 millones de personas y permitió identificar trece nuevas regiones genéticas vinculadas al trastorno, además de confirmar más de 80 asociaciones génicas.

Muchas de estas variantes están relacionadas con el desarrollo cerebral temprano y presentan vínculos con otros diagnósticos como el TDAH. Para la pediatra Gabriela Arista Farini, de la SAP, “la condición se repite en familias por la alta carga hereditaria y dificultades específicas en la migración de neuronas”.

El hallazgo abre la puerta a diagnósticos más precisos y estrategias de intervención personalizadas, marcando un camino hacia una comprensión más profunda de la dislexia y mejores alternativas de apoyo para quienes la presentan.

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