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Ivet Playà, una joven española que asegura haber vivido una relación especial con el cantante Alejandro Sanz, decidió contar su versión completa en televisión. Su testimonio, lejos de ser anecdótico, ha generado debate sobre los límites del poder, la idealización de los ídolos y los vínculos desiguales.
En una entrevista emitida por el programa De Viernes, Playà relató cómo pasó de ser una fanática entusiasta a formar parte del círculo más íntimo del intérprete de Amiga mía. Según su relato, todo comenzó por un proyecto profesional, pero pronto la relación habría tomado otro rumbo: “Empezamos a mantener el contacto, luego me invitó a un concierto y nos conocimos al año siguiente. Me invitó a conocerlo y también a entregarle un trabajo. Creo que esa era una excusa para que nos viéramos en persona”, dijo.
Pero el episodio que más llamó la atención del público fue la forma en que ella describió su primer acercamiento físico con el artista. “Me felicita y me dice que quiere verme. Ese día me dio un beso en la comisura de los labios. Salí de ahí pensando que se había equivocado, pero no. Era consciente, no quería verlo porque yo también tenía miedo de que nuestro vínculo se estropeara después de tantos años”, reveló.
Playà sostuvo que su relación con Sanz se volvió emocionalmente dañina, al punto de describir su trato como “inhumano”. Aunque no ofreció más detalles explícitos por ahora, aseguró que aún tiene mucho por decir.
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Ante la polémica, Alejandro Sanz publicó un mensaje en su cuenta de Instagram donde intentó aclarar su posición. Sin desmentir directamente los hechos, el cantante reconoció haber tenido una relación con ella, pero desde otra perspectiva: “Ivet, yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos, personas adultas compartiendo su cariño, siendo libres. Qué pena que este sentimiento se haya roto ahora”, escribió.
En su comunicado, también hizo mención a una propuesta de negocio que, según él, marcó el distanciamiento definitivo entre ambos. “En el mes de mayo me ofreciste participar en invertir en unos negocios familiares tuyos, tras revisarlo con mis asesores te dije que no. Siento que tu reacción sea ésta, pero quiero que sepas que nunca he sido partícipe de estas prácticas y así seguiré toda mi vida. Te deseo encuentres pronto tu camino y felicidad”, concluyó Sanz.
Aunque el artista evitó pronunciarse sobre aspectos más sensibles del testimonio, como la mención de los primeros contactos antes de que Ivet alcanzara la mayoría de edad, sus palabras fueron interpretadas por muchos como una confirmación implícita de una relación íntima.
El caso ha dividido opiniones en redes sociales. Para algunos, se trata de una decepción frente a un ídolo. Para otros, una historia malinterpretada entre adultos. Lo cierto es que esta historia aún no termina: Ivet ha prometido seguir hablando, y cada nuevo detalle añade más interrogantes a la relación que, durante años, se mantuvo en las sombras.
Mientras tanto, el silencio parcial de Sanz y su enfoque en desacreditar la motivación económica de su exseguidora no ha logrado frenar la discusión. La historia que comenzó como un testimonio en redes ya se transformó en un caso mediático que obliga a pensar en cómo se construyen, y destruyen, los vínculos entre celebridades y sus admiradores.