Noticiero A.M.
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Nuevas evidencias y testimonios han vinculado al rapero Sean “Diddy” Combs con la inestabilidad emocional que precedió a la infame presentación de Britney Spears en los MTV Video Music Awards de ese año, considerada por muchos como el punto más bajo de su carrera.
En medio del juicio federal por tráfico sexual que enfrenta Diddy, el nombre de Spears volvió a salir a la luz, acompañado por material inédito que ha reavivado las preguntas sobre lo que realmente ocurrió las 24 horas antes de que la “Princesa del Pop” subiera al escenario con “Gimme More”.
La cantante, de entonces 25 años, fue vista la noche del 7 de septiembre en el club nocturno Jet, en compañía de Diddy, la cantante Cassie Ventura y el productor Dallas Austin. Más tarde, Spears se unió a una fiesta en el Hard Rock Hotel & Casino, organizada por 50 Cent y donde también estuvieron presentes figuras como Paris Hilton.
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Aunque no hay registros oficiales de la hora en que Spears abandonó la fiesta, las imágenes rescatadas por fans muestran a la artista usando gafas de sol en interiores y con una expresión ausente. Su presencia fue confirmada por Cassie durante su declaración judicial el 15 de mayo de 2025: “Sean estaba allí, y trajo a Dallas Austin y a Britney Spears. Creo que esas fueron las dos personas que más me impactaron”, testificó.
Las fotografías, que resurgen en redes sociales en plena cobertura del juicio contra Diddy, plantean una narrativa diferente sobre el colapso de Spears: una noche de excesos, agotamiento físico y presión emocional que habría sido el detonante de su criticada actuación en los premios MTV.
El 9 de septiembre de 2007, Spears reapareció ante millones de espectadores en el escenario del hotel The Palms, con lo que debía ser su gran regreso al pop. Sin embargo, su presentación fue calificada como un “desastre”: movimientos descoordinados, playback mal sincronizado y un notorio estado de desconexión con el público.
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En su autobiografía The Woman in Me (2023), Britney relató cómo vivió internamente ese momento: “No había dormido la noche anterior. Estaba mareada. Había un problema con mi vestuario y con mis extensiones de cabello. No quería salir, pero mi equipo me presionaba para que demostrara que estaba bien. El único problema con ese plan: no estaba bien”.
Spears también recordó un momento inesperado esa noche: “No podía creer que iba a tener que salir al escenario sintiéndome como me sentía… Me encontré con Justin [Timberlake] después de años sin vernos. Fue abrumador”.
La cantante confesó haber sentido un ataque de pánico antes de actuar: “Odiaba cómo me veía. Sabía que iba a ser malo. Podía verme en video por todo el auditorio mientras actuaba; era como verme en un espejo de feria”.
Esa presentación, lejos de revitalizar su carrera, se convirtió en un símbolo de su caída pública. En los meses siguientes, Spears fue protagonista de múltiples escándalos, incluyendo el episodio en que se rapó la cabeza y enfrentó batallas legales por la custodia de sus hijos.
En febrero de 2008, se le impuso una tutela legal, otorgando a su padre Jamie Spears el control de su vida personal y profesional. Un video viral reciente, compartido por un fan, sugiere que la fiesta con Diddy fue el verdadero punto de quiebre que desembocó en ese control judicial.
Durante los 13 años que duró la tutela, Spears logró reencauzar su carrera con nuevos álbumes, una residencia en Las Vegas y participación como jurado en The X Factor. Pero también expresó, en repetidas ocasiones, el malestar por el control excesivo que ejercía su padre.
Finalmente, en noviembre de 2021, Britney Spears recuperó su libertad legal, iniciando una nueva etapa marcada por la reivindicación de su historia.