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La calidad del sueño no depende únicamente del tiempo que se duerme o del nivel de estrés del día.
La postura al dormir también tiene un impacto directo en la salud física, el funcionamiento de los órganos internos y el nivel de descanso que se alcanza durante la noche. Aunque muchas personas no prestan atención a este aspecto, diversas investigaciones científicas sugieren que existe una posición ideal: dormir sobre el lado izquierdo del cuerpo.
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Esta postura, una de las más comunes a nivel mundial, es también la más recomendada por especialistas debido a su relación con la digestión, la salud cardiovascular, el sistema linfático y la estructura de la columna vertebral.
Dormir del lado izquierdo no es una simple preferencia. Un estudio publicado en The Journal of Neuroscience, realizado por investigadores de las universidades Stony Brook, Nueva York y Rochester, concluyó que esta postura favorece el drenaje linfático del sistema nervioso central. Este proceso permite la depuración de desechos metabólicos acumulados durante el día, incluyendo proteínas, grasas, vitaminas en exceso y, especialmente, depósitos de beta-amiloides, sustancias altamente asociadas con enfermedades neurodegenerativas.
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El cuerpo humano realiza una importante labor de limpieza neuronal mientras dormimos, y hacerlo del lado izquierdo parece potenciar esa capacidad natural.
Uno de los argumentos más sólidos a favor de esta postura está relacionado con la circulación sanguínea. Dormir del lado izquierdo ayuda a que la arteria aorta la principal vía por la que el corazón distribuye sangre al resto del cuerpo funcione sin obstáculos.
El médico Christopher Winter, del Hospital Martha Jefferson de Charlottesville, lo explica así: “Al dormir sobre el lado izquierdo la vena cava inferior permanece libre, sin ningún órgano que la presione, por lo que la sangre vuelve de manera más fácil del resto del cuerpo a nuestro corazón.”
Cuando se duerme sobre el lado derecho, algunos órganos ejercen presión sobre esta vena, lo que puede dificultar la circulación y aumentar la carga cardíaca. Esta es una de las razones por las cuales muchos cardiólogos recomiendan la postura izquierda, especialmente para personas con condiciones cardíacas.
La anatomía también juega a favor de esta postura. El estómago y la mayor parte del sistema digestivo están inclinados ligeramente hacia la izquierda. Por lo tanto, recostarse sobre ese lado facilita el paso natural de los alimentos, reduce el reflujo y disminuye la sensación de pesadez nocturna.
Además del impacto orgánico, dormir del lado izquierdo beneficia la estructura musculoesquelética. Esta posición permite que la columna quede más alineada que cuando se duerme boca abajo o completamente boca arriba, lo que disminuye la tensión en la espalda y reduce la posibilidad de despertar con dolor lumbar o cervical.
Los especialistas también la recomiendan para evitar la retención de líquidos en la cara, ya que favorece un mejor drenaje natural durante la noche.
Para las mujeres embarazadas, esta recomendación cobra aún más fuerza. Dormir del lado izquierdo evita que el peso del bebé presione la vena cava, mejora el flujo sanguíneo hacia la placenta y facilita que los nutrientes lleguen con mayor eficacia al feto. Por esa razón, ginecólogos y obstetras coinciden en señalarla como la postura más segura durante la gestación.
Dormir del lado izquierdo no es una regla obligatoria para todos, pero la evidencia científica demuestra que esta postura ofrece beneficios significativos para múltiples sistemas del cuerpo. Adoptarla puede marcar una diferencia real en la calidad del descanso y en la salud integral a largo plazo.