Ceniza y gas de la actividad volcánica contaminan el aire en Costa Rica
Las cenizas y gases de la actividad eruptiva constante del volcán Poás de Costa Rica contaminan el aire y puede afectar a personas, animales y la flora, reveló hoy un estudio.
Un informe sobre la calidad del aire del Laboratorio de Análisis Ambiental de la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional (UNA), indica que la expulsión de material volcánico, como gases, vapor, rocas, ceniza, y aerosoles, así como dióxido de azufre pueden afectar a la población.
"Hay que tener claro que además de los vehículos y de las industrias que emiten contaminantes, en forma de gases, humo o partículas, se une la actividad del volcán Turrialba y del Poás, que son fuentes naturales de contaminación", explicó a Efe el investigador Jorge Herrera.
La actividad volcánica alrededor del Valle Central del país, donde se encuentran las principales ciudades, creció durante este año, por lo que para las autoridades es importante medir la calidad del aire y prevenir a la población.
El Poás, ubicado en la provincia de Alajuela, a unos 60 kilómetros al noroeste de la capital de Costa Rica, ha registrado desde inicios de abril erupciones freatomagmáticos (ceniza, gases, aerosoles y lava juvenil), así como estrombolianas (roca incandescente).
Mientras que el Turrialba, que también está en la cordillera volcánica central, desde octubre del año 2014 ha presentado constante emisión de gases y numerosas erupciones de ceniza.
Los datos recolectados indican que Poás emanó una fracción fina de material, que cuenta con diámetros aerodinámicos menores a 2,5 micrómetros (PM2,5), que son tan pequeños que pueden ingresar directamente a los pulmones causando afecciones respiratorias e inclusive entrar al torrente sanguíneo.
Según Herrera, la erupción del Poás del día jueves 13 de abril, registró el pico más importante de concentración de dióxido de azufre (SO2) con un valor máximo de 99,1 partes por billón (ppb), los tres días anteriores tuvo picos de menor magnitud (20-30 ppb).
"Se observó que en la estación de Hatillo y Coronado (ubicadas en San José) la concentración de dióxido de azufre, en un periodo de una hora, llegó a superar los máximos establecidos por la legislación nacional y la Organización Mundial de la Salud (75 ppb). Imagine si midiéramos alrededor del volcán", dijo Herrera.
Además, la estación de monitoreo de gases en tiempo real detectó que entre el 10 y el 14 abril se registraron valores récord de la concentración de dióxido de azufre y el dióxido de carbono que alcanzaron una razón de 9,5 entre ambos, los más altos medidos en el volcán Poás.
"El valor 9,5 es muy alto e inclusive pensamos que es uno de los más altos que se han medido en cualquier volcán en la Tierra en un periodo de tiempo muy corto. Eso implica que de una manera muy rápida subió el magma fresco y logró liberar todo el gas", detalló la vulcanóloga del Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori), María Martínez.
La vulcanóloga explicó que se "trata de un aumento desmedido", y las proporciones en dióxido de azufre y dióxido de carbono, dan un "flujo muy alto" de partículas que llegan a la atmósfera en formas sólidas o líquidas y que pueden flotar en el ambiente por meses y años, aunque la humedad característica del país y las lluvias minimizan el impacto.
La UNA trabaja en conjunto con el Ministerio de Salud para ofrecer una plataforma que permita mantener a los ciudadanos informados sobre la calidad del aire, ya que puede variar constantemente por la dirección del viento, el tipo de erupción, entre otros.