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Las negociaciones posbrexit se reanudan a contrarreloj tras la explosión de tensión

El Parlamento Europeo votará el acuerdo del "brexit" el 29 de enero
Foto ilustrativa: El Parlamento Europeo / EFE
Afp
22 de octubre 2020 - 09:43

Los negociadores europeos llegan el jueves a Londres para reanudar las estancadas conversaciones posbrexit tras rebajar la tensión que amenazaba con echar a pique el acuerdo de libre comercio con que ambas partes esperan evitar una ruptura brutal en dos meses.

El equipo, encabezado por el francés Michel Barnier, debía llegar por la tarde para emprender reuniones diarias con los británicos, que se prolongarán hasta el domingo y más allá si es necesario.

Tocarán todos los temas en paralelo y trabajarán directamente sobre textos legales, como quería Londres, en un intento de finalizar un tratado contrarreloj.

"Estamos listos para dar la bienvenida al equipo de la Unión Europea a lo que denominaríamos negociaciones intensificadas", afirmó el portavoz del primer ministro Boris Johnson.

Ambas partes dejaron claro sin embargo que "nada está acordado (...) hasta que se llegue a un acuerdo global definitivo", especialmente tras el choque de espadas de la semana pasada, que un miembro del gobierno británico consideró el jueves inevitable.

"Las negociaciones a menudo implican un poco de temperamento, y tensiones, y dar portazos e irse, es en la naturaleza de una negociación que estas cosas se vuelven tensas particularmente hacia el final cuando se enfrenta un plazo", dijo el secretario de Estado de seguridad pública, Kit Malthouse, al canal Sky News.

Tras años de bloqueo y caos político, el Reino Unido abandonó la Unión Europea el 31 de enero y actualmente se encuentra en un periodo de transición, hasta finales de año, destinado a negociar con Bruselas su futura relación al término de casi cinco décadas de complicado matrimonio.

Pero para que un eventual tratado comercial pueda ser ratificado a tiempo y entre en vigor el 1 de enero se necesita un compromiso a principios de noviembre.

"Ambos partes reconocen que el tiempo es extremadamente corto", afirmó el portavoz de Johnson.

"Negociaciones abiertas"

En un momento crítico de la negociación, ambas partes quisieron la semana pasada mostrar su firmeza, dando pie a una explosión de tensión.

En una cumbre los líderes europeos exigieron concesiones a Londres en términos ásperos.

Johnson dijo entonces considerar que los 27 habían descartado la posibilidad de un tratado de libre comercio y que las negociaciones estaban "acabadas" a menos que cambiasen su postura de forma "fundamental".

Pero las consecuencias de una ruptura brutal el 31 de diciembre serían dramáticas para todas las economías europeas, especialmente en plena pandemia de conoravirus.

Así que Barnier y su homólogo británico David Frost hablaron por teléfono cada día de esta semana y finalmente el francés abrió el miércoles una salida de emergencia al bloqueo: ante el Parlamento Europeo reconoció que ambos debían hacer concesiones y se debía negociar respetando la recién recobrada soberanía británica.

Los británicos "fueron muy claros en que necesitaban oír este tipo de lenguaje de la UE", explicó una fuente europea, reconociendo que ahora se llevarán a cabo "negociaciones abiertas" sin más "fechas límites". "Esperamos poder volver con buenas noticias" de Londres, agregó.

Pesca y competencia leal

La negociación choca aún con tres escollos: el acceso de los pesqueros europeos a los ricos caladeros británicos, las garantías reclamadas a Londres en materia de competencia leal a cambio de acceder al mercado comunitario sin cuotas ni aranceles y la manera de resolver los diferendos en el futuro.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, reprochó al Reino Unido que quiera acceder al mercado único europeo "y al mismo tiempo poder alejarse de nuestras normas y regulaciones cuando le convenga".

Londres denuncia por su parte que la UE le ponga, debido a su proximidad, mayores exigencias que a otros socios comerciales.

Sin acuerdo, los intercambios entre las dos partes pasarían a regirse por las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que implican elevados aranceles y una montaña de papeleo que amenaza con colapsar los puertos británicos.

Incluso en caso de acuerdo, las empresas británicas deben prepararse a trámites engorrosos y se quejan de que no se está llevando a cabo todos los preparativos necesarios.

"Desde el punto de vista del gobierno estamos listos y estamos animando a las empresas a hacer exactamente lo mismo", afirmó Malthouse.

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