Armados de valor, los alumnos vuelven a clase dos semanas después del tiroteo
Los más de 3 mil estudiantes de la escuela de secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida) volvieron hoy a las aulas donde hace dos semanas un exalumno mató a 17 personas rodeados de decenas de personas que quisieron hacer el regreso de los jóvenes menos doloroso.
Sin mochilas ni libros, los estudiantes llegaron "nerviosos" a primera hora de la mañana a la escuela para enfrentarse a una primera jornada escolar de horario reducido y dedicada a sesiones de refuerzo emocional.
"Hoy nadie tiene cabeza para estudiar", dijo a Efe la estudiante mexicana Valeria, quien agradeció que las jornadas de esta semana sirvan para tener un apoyo y "entender cómo debe ser el regreso a las clases habituales".
En medio de una fuerte presencia policial los tradicionales autobuses escolares amarillos circulaban por las inmediaciones de la escuela y los agentes auxiliares de tráfico regulaban el paso de los automóviles y los alumnos como hacían antes del 14 de febrero.
"Ya era el momento de volver", dijo Coryn, una de las estudiantes que fue recibida a las puertas de la escuela por exalumnos, estudiantes de otras escuelas, padres y agentes de distintos cuerpos policiales de Florida.
"Estar en casa mirando la tele no ayuda. Las muestras de apoyo de hoy significan mucho", aseguró la joven a Efe después de haberse abrazado con una cariñosa vecina.
Donette, que dejó a sus sobrinos en la escuela, dijo a Efe que no sabe si esta escuela volverá "a ser la misma". "Sólo les dije que pasaran el día lo mejor posible y no pensaran mucho sobre ello. Es duro", confesó.
Connie Buser, una vecina de Coral Springs, municipio aledaño a Parkland, fue una de las tantas personas que recibieron a los alumnos al grito de "¡Estamos con ustedes, sean fuertes!".
Steven Porter, exalumno de la escuela, dijo a Efe que ver a su escuela así le "rompe el corazón".
Las muestras de apoyo vinieron desde varios puntos del país, como una escuela de Nueva York cuya representación de estudiantes pasó toda la semana en Florida "para estar al lado de Stoneman Douglas".
"Podría haber sido nuestra escuela. Tenemos que unirnos y mostrarles nuestro apoyo, y aunque es trágico, son muy fuertes", dijo Hannah, una de las estudiantes neoyorquinas.
También presente en el regreso, el superintendente de las escuelas del condado de Broward, Robert Runcie, aseguró que no quieren convertir la escuela Stoneman Douglas en "una fortaleza", pero las medidas policiales van a ser más intensas "hasta un futuro próximo".
La matanza del pasado día de San Valentín ha desatado un movimiento estudiantil a favor de aumentar el control de las armas, llamado Nunca Más, cuyas caras más visibles no estuvieron presentes en el día de hoy.
David Hogg, uno de los impulsores, anunció hace días que no volverá a clase hasta que no se apruebe una ley que restrinja el uso de las armas de fuego.
A pesar de lamentar la falta de acción en respuesta a la masacre, Juliana Campos sí volvió a la escuela y lo hizo con una rosa en la mano que le entregó un agente de la Policía.
"No nos vamos a callar. Hablamos con el presidente (Donald Trump). Pero después de todo esto aprendí que a pesar de lo ocurrido, no va a cambiar nada. Podemos perder tanta gente y todavía no hay cambio", se lamentó Campos, quien llevaba en su teléfono una foto del venezolano Joaquín Oliver, una de las 17 víctimas del tiroteo y amigo íntimo de la joven.
"Todo lo hago por él. Me da fuerzas para volver en un día como hoy. Irá bien hacer terapias y unirnos todos", aseguró la joven.
El padre de Meadow Pollack, una de las víctimas, estuvo presente en el regreso a las clases acompañado de su perro.
"Tenemos que centrarnos en hacer las escuelas más seguras. Haré que este fin de semana se apruebe la ley en Florida, pero después seguiré con los otros estados, para que mi cara sea la última de un padre cuyo hijo ha sido asesinado", dijo Andrew Pollack.
Otro alumno, José, entró a la escuela entre gritos de ánimo, y aunque dijo sentirse "nervioso", agradeció poder volver para regresar "a la normalidad".
Este mismo estudiante dijo estar de acuerdo con la propuesta de demoler el edificio número 12, donde el exalumno Nikolas Cruz, de 19 años, abrió fuego indiscriminadamente con un fusil de asalto, ya que "muchos estudiantes sufren un trauma y sería difícil volver a entrar allí".