El Papa viaja a Birmania y Bangladesh
El papa Francisco viaja a Birmania (actual Myanmar) y Bangladesh para apoyar a la minoritaria pero activa comunidad católica y pedir su integración, en un difícil contexto para las diferentes minorías étnicas, como los rohinyá.
El viaje, entre el 27 de noviembre y el 2 de diciembre, es el primero de un pontífice a Birmania, después de que en mayo pasado Francisco recibiese en el Vaticano a la jefa de facto del gobierno y nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, en una entrevista que selló el inicio de relaciones diplomáticas bilaterales.
Diferentes voces del país han pedido a Francisco que se abstenga de nombrar a la minoría musulmana rohinyá y si es necesario se refiera a la expresión de grupo étnico de religión islámica que vive en el estado de Rakhine (oeste de Birmania).
Así, aseguran, se evitarían tensiones en un país que no les reconoce y que los reprime, lo que les ha llevado en los últimos meses a la huida desesperada de más de 600.000 rohiyás a Bangladesh.
Jorge Bergolio despertó la atención internacional sobre la emergencia humanitaria de esta minoría el pasado 27 de agosto cuando en un llamamiento pidió "ayuda y plenos derechos" para esa minoría.
Sin embargo, las tensiones en el país y el viaje obligaron al arzobispo de Rangún, Charles Maung Bo, nombrado cardenal en 2015 por el propio Bergoglio, a explicar que "no era prudente que el papa pronunciase la palabra rohinyá porque podría causar reacciones entre los grupos nacionalistas budistas del país".
El padre Bernardo Cervellera, director de la agencia Asianews, del Pontifico Instituto para las Misiones, explicó en un encuentro con medios en Roma que el papa debería hacer referencia además a la situación del resto de minorías, entre ellas también cristianas.
Los aproximadamente 550.000 cristianos en Birmania, que no llegan al 1 % de la población, no forman parte de la etnia birmana sino de las cerca de 131 minorías existentes en el país.
Viven en localidades como Kachin (en el norte del país) y de Naga (en la frontera con la India) y "llevan décadas padeciendo la persecución", denunció Cervellera.
Pero se espera que el papa, que ha clamado en innumerables ocasiones por el diálogo entre religiones y la integración y respeto de las culturas e identidades de las minorías, volverá a llevar a este país su mensaje.
A principios de mes, en el llamado "vídeo del papa" en el que pide oraciones por un tema específico, Francisco pidió "por los cristianos de Asia, para que favorezcan el diálogo, la paz y la comprensión mutua, especialmente con aquellos que pertenecen a otras religiones".
El pontífice reconoció que lo que más le "impresiona de Asia es la variedad de sus poblaciones, herederas de antiguas culturas, religiones y tradiciones".
Francisco tendrá oportunidad de expresar este llamamiento en la reunión que mantendrá en el Consejo Supremo de la Sangha de los monjes budistas, un órgano que agrupa a los máximos jefes de la rama budista dominante en el centro Kaba Aye.
También realizará el segundo viaje de un papa a Bangladesh, después del de Juan Pablo II en 1986 y donde la comunidad católica es el 0,3 % de la población, pero la Iglesia tiene una importante red de servicios educativos y de salud.
A este país se han desplazado más de 600.000 rohinyás, lo que está suponiendo una verdadera emergencia humanitaria para el Gobierno de Sheikh Hasina.
La organización católica Caritas también se está empeñando en llevar ayuda y alimentos a estos cientos de miles de desplazados.
El bangladeshí padre Gabriel Amal Costa explicó que actualmente existe una "convivencia pacífica" entre las religiones presentes "pero que está aumentando el fanatismo islámico".
Francisco enviará también aquí su mensaje de diálogo en un encuentro interreligioso y ecuménico por la paz que se celebrará en el jardín del arzobispado de Dacca.