La noche que 'Pepe' Mujica soñó con un mundo diferente y cuestionó la realidad

Pepe Mujica
José "Pepe" Mujica, expresidente de Uruguay.

Estamos en la era consumista y neuronal. El estrés y la angustia reinan, y en ese caos diario se deja a un lado a la felicidad. En eso entra el sencillo y fundamental mensaje del expresidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica: hay que dar un espacio a la vida y defender lo que representa.

Ante un auditorio repleto de periodistas, miembros de la sociedad civil, directivos de medios de comunicación panameños e invitados de la comunidad en general; Mujica fue tirando golpes a situaciones que agobian a las sociedades de la región.

El consumismo, la desigualdad, la corrupción, la legalización del matrimonio igualitario, la marihuana... El exmandatario de Uruguay se refirió a todos los temas que han generado debates en el último año en América Latina y el mundo.

Para cada situación desalentadora, Mujica tenía una respuesta contundente. Dejó claro que quería poner a pensar a la audiencia.

Culpa al mercadeo sin control de hacernos adictos a un cambio constante de productos, transformando frivolidades en imperiosas necesidades que dominan la conducta del humano. "En esta época el Dios verdadero no es mitológico. El Dios verdadero de nuestra época es el mercado", destacó.

Con relación a este punto, Mujica reiteró en varios ocasiones que no está a favor de la pobreza. "Lucho a favor de la sobriedad. Nada en demasía", expresó sereno al público.

También tenía mensajes para los más jóvenes: el hombre aprende más de la adversidad que de la bonanza. "La bonanza rápida y fácil nos hace frívolos, cuando no idiotas".

Pidió a los presentes sacar un espacio para vivir la vida y no oponerse al amor. "Se puede perder un amor, pero no gritar 'no' a un amor. De lo contrario, no vives".

Una cuota para la felicidad en la jornada, en la que siempre ponemos por delante al trabajo. Esa es la filosofía que rige la vida del expresidente.

"¿Qué es la libertad individual? Es sencillamente el tiempo de mi existencia que puedo dedicar a las cosas que me gustan, que me hacen feliz", expresó. "La vida no es un negocio, es un milagro".

Se ganó los aplausos del auditorio al referirse a los políticos que se aprovechan de su poder para robar dinero del erario público.

"A los que les guste demasiado la plata, hay que correrlos de la política. Entiéndase bien: correrlos de la política no es correrlos de la vida porque en otra parte pueden ser terriblemente útiles y que ayuden colectivamente a multiplicar los panes y los peces de la sociedad. Pero no en la política. La política no es para servirse uno".

Los temas que enfrentó Mujica durante su presidencia

Mujica bautizado como “El Presidente Pobre” – un calificativo que rechaza cada vez que puede – le hizo frente a temas polémicos durante su mandato y el auditorio estaba ansioso de conocer lo que tendría que decir sobre: legalización de la marihuana, matrimonio igualitario y el abordo.

No se puso frenos a la hora de responder y haciendo alusión a la Odisea de Homero y los grandes emperadores romanos, destacó que la homosexualidad siempre ha estado presente en la humanidad y que “lo peor de los seres humanos es no reconocer las cosas que no nos gustan”.

“Nos vamos a dedicar a perseguirlos, en vez de dejarlos vivir. Que mal partido eso de andar persiguiendo gente y despreciando por una inclinación distinta”, afirmó el Pepe, ante unos presentes que acogieron sus palabras con agrado y dieron muestras de admiración con aplausos.

Sobre la legalización de la marihuana. Una medida que fue aprobada en el gobierno de Mujica con el apoyo mayoritario de su partido, el Frente Amplio, pero que terminó ejecutando su copartidario y sucesor Tabaré Vásquez, el exjefe de Estado uruguayo manifestó que consideró necesaria esa acción para “sabotearles el mercado” a los señores de la droga.

El expresidente también se refirió a ese tema incómodo, por el cual cuestionó a los moralistas, que figurativamente llamó “come santos” y en un tono alto dijo que defiende la legalización del aborto para que el Estado pueda atender a esa mujer sola que sufre.

Cuestionó de manera indirecta el machismo en América Latina y fue categórico al decir: “Nos gusta acostarnos con las mujeres, pero no cargar con la responsabilidad…”.

Mujica, caracterizado desde su presidencia por no seguir las reglas de protocolo, culminó el conversatorio él mismo con una simple frase: “me voy, porque estoy cansado”.

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