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Caminar en ciudad de Panamá: una carrera de obstáculos para el peatón

Acera del final de la avenida Balboa: hay publicidad, postes y autos en ella.
Acera del final de la avenida Balboa: hay publicidad, postes y autos en ella. / Tomada de Arco Properties

Súbase a la acera, esquive una luminaria en la mitad del camino del peatón, baje a la calle y vuelva a subir. Las tareas más básicas de quien va a pie por el centro de la ciudad.

Un informe ejecutivo del Plan del Centro –gestionado por el BID y la Alcaldía de Panamá- refuerza lo que en Panamá ya es norma: no hay por dónde caminar. Y donde hay, simplemente no se puede.

Según el estudio, en los corregimientos del centro (Santa Ana, San Felipe y El Chorrillo) hay ocho obstáculos cada 100 metros de camino. “Postes, teléfonos públicos, aceras con niveles altos y fracturados, mobiliario urbano instalado de forma indiscriminada”, retrata el documento como culpables.

Con esas cifras, sólo en el camino entre el Instituto Nacional y la Avenida Central -254 metros- hallará 20 razones para salirse de la acera y correrse el riesgo de un atropello.

Acera en calle I de Santa Ana.
Acera en calle I de Santa Ana. / Nicanor Alvarado

Si toma la avenida Central entre calle 1 y calle 9 de San Felipe encontrará 19 postes de luz y un hidrante en su camino.

Ese es un viacrucis para mucha gente. El mismo informe establece que en una hora dos mil personas pueden pasar por un tramo de la Avenida Central. Ésta y la estación 5 de Mayo (metro) son los focos peatonales más importantes.

El Plan del Centro aborda la situación de las aceras como un problema. Que la repartición del espacio entre los que caminan y los que van en auto es inequitativa. De hecho, sostiene el documento, los autos se llevan entre el 65% y 70% del espacio vial de los corregimientos en cuestión.

Poste en medio de la acera de calle I Santa Ana
Poste en medio de la acera de calle I Santa Ana / Nicanor Alvarado

“Es fundamental reflexionar sobre el reparto del espacio”, propone el informe, tomando en cuenta que solo en San Felipe todos los días unos 300 autos se estacionan donde no deben. En noviembre la Alcaldía de Panamá instaló bolardos en los espacios donde los autos no pueden aparcar. Aunque ha servido para contener el problema, no lo ha desaparecido.

Eso recuerda un exvecino del Casco Viejo cuando intentaba salir de la Plaza Herrera con su bicicleta, un viernes por la noche. Una camioneta se estacionó justo en una de las esquinas, donde está la rampa para discapacitados. No podía salir.

“Me pregunté: ¿qué clase de chofer es ese? Llamé a la policía para que lo multara, porque estaba sobre línea amarilla”, recuerda. Y así lo hicieron los agentes.

El conflicto no es sólo que los autos se estacionen mal o haya obstáculos sobre la acera: en la avenida A (que nace en El Chorrillo y llega a San Felipe) el ancho efectivo de la acera es de 40 centímetros (lo mismo que dos cartones de bebida de un litro). Pero en la avenida B, repleta de comercios, se reduce a la mitad.

El documento advierte del peligro sobre la forma en la que conviven los capitalinos en el centro. “Cruzar la Ave. 3 de Noviembre desde 5 de Mayo se convierte en un ejercicio de alto riesgo para los peatones (…) el peatón debe cruzar pidiendo permiso al automóvil”, dice. Sobre todo en el Mercado del Marisco, donde el 14% de los que cruzan son personas con discapacidad, ancianos y niños.

Obstáculos en las aceras de San Felipe.
Obstáculos en las aceras de San Felipe. / Plan del Centro

Para esa zona ha propuesto incluir al peatón dentro de los ciclos de los semáforos. “La realidad es que se dispone de semáforos pero no funcionan”. O funcionan para todos, menos para el que camina.

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