En medio de una ceremonia íntima, familiares y amigos despiden al exdictador

Con sus hijas, un hijo, nietos y allegados cercanos. Así, en una ceremonia íntima y privada se entregó al fuego de la cremación los restos mortales de Manuel Antonio Noriega.

“La despedida fue como quiso su familia”, manifestó Rubén Murgas, amigo de la familia Noriega y exjefe de Comunicaciones de la Asamblea Nacional. “Las cenizas las va a tener su esposa, Felicidad”, añadió.

Murgas relató que en la ceremonia estuvieron presentes las tres hijas del exdictador, un hijo que es psicólogo, su primo Ciro Noriega, su doctor y su amiga Mercedes Sosa. También estuvieron presentes sus nietos, quienes dirigieron emotivas palabras sobre su abuelito.

Murgas también compartió que hubo un debate sobre si se realizaba una autopsia al cuerpo del exgeneral. Señaló que finalmente no se hizo y tras muchas trabas se logró realizar los ritos como la familia lo deseó.

También se refirió al significado de la muerte de Noriega y los secretos que han quedado tras la oscura época de la dictadura. “Muchas cosas se van a saber ahora. Se tiene que saber la verdad en Panamá”, declaró.

El cuerpo de Noriega llegó a la funeraria Sercresa alrededor de las 4 de la tarde. Unas 10 unidades policiales custodiaron el lugar mientras se realizaba el servicio funerario.

Carlos Abad, teniente jubilado de la Policía Nacional que visitó a Noriega en el hospital, apuntó que el exdictador no es el único responsable de los crímenes y violaciones a los derechos humanos que se cometieron en el país.

“Hay muchos en el anonimato. Muchos oficiales por ahí que trabajaron con él y nunca se atrevieron a dar declaraciones”, acotó Abad.

Por su parte, el alcalde capitalino José Isabel Blandón, recordó que Noriega “murió sin contar toda la verdad”. Enfatizó que su muerte no debe ser el cierre del capítulo sobre la dictadura en Panamá, que aún se debe buscar la verdad tras las muertes.