La importación de arroz compite con producción nacional y crea conflictos

El arroz nacional no encuentra espacio en los molinos locales, compite contra las importaciones excesivas.

Lo más triste es que a pesar de la abundancia, el precio del grano no disminuye para el consumidor.

El mercado agrícola es igual de sensible que la espiga de arroz, en los últimos años la cosecha nacional mejoró en cantidad y se esperaba que las importaciones del grano se mantuvieran solo lo necesario.

En nuestro país se consumen cerca de 8 millones de quintales de arroz en cascara, de la producción nacional, se obtienen más de 5 millones, lo que obliga a importar más de 2 millones, y por compromisos internacionales aceptar un millón de quintales de los Estados Unidos.

En marzo de este año, productores nacionales advertían el peligro del sobre ingreso de arroz, pero no se detuvo. Se acordaron 300 mil quintales de arroz para las ferias libres del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) y un millón para la industria.

Según reportes de la Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos (Aupsa), el IMA registró más de un millón de quintales introducidos al país y otras empresas también contribuyeron a traer arroz en cáscara por montos cercanos a los dos millones de quintales.

Pero el ingreso adicional coincide con los primeros meses de cosecha.

En el mes de agosto el ingreso muestra mayor actividad, es decir, 730 mil quintales, lo que equivale casi a las importaciones de los primeros 5 meses del año juntas.

En tanto los molinos tienen capacidad para seis camiones pero, hacen la fila muchos más.

El arroz podría enfermar y perderse. Algunos sugieren que se compre todo el arroz nacional y se ofrezca a las escuelas o comedores.

Pero si los controles aduaneros no frenan el sobre ingreso, cada año se perderá el grano y con ello, la alimentación de todo un país.

Con información de Anthony Martínez