Master Chef Celebrity
En vivo
Panamá/El hecho violento, donde cuatro estudiantes fueron apuñalados en el colegio José Guardia Vega de Colón, ha encendido las alarmas sobre la presencia de estructuras pandilleras dentro del sistema escolar.
Ante lo ocurrido, Verushka Ordás, directora nacional de Servicios Psicoeducativos del Ministerio de Educación (Meduca), llamó a no minimizar el impacto del suceso, en entrevista en Noticias AM.
Es gravísimo: cuatro estudiantes apuñalados dentro de una escuela. Pero más allá de las heridas físicas, está el trauma colectivo: el del resto de los estudiantes, el de los docentes que ahora temen tener un pandillero en su aula”.
Ordás explicó que desde el primer momento se activó una comisión interinstitucional en Colón, integrada por el Meduca, la Policía Nacional y organismos de protección a la niñez, con el objetivo de garantizar un regreso seguro a clases el próximo lunes. Destacó que el abordaje no se limitará a lo disciplinario, sino que incluirá atención socioemocional para estudiantes, familias y docentes.
Ordás insistió en que la expulsión no es la solución. “Un estudiante que sale del sistema educativo cae en una situación de riesgo mayor que la que tenía dentro de la escuela. En contextos como este, todos son víctimas: son menores rodeados de violencia que los lleva a cometer conductas extremas”.
Reconoció que el sistema enfrenta limitaciones: actualmente, solo el 5 % de los colegios del país cuenta con gabinetes psicopedagógicos permanentes, aunque se avanza en un plan para ampliar esa cobertura al 15 % en cinco años. Mientras tanto, el Meduca impulsa programas de prevención como mediación escolar y liderazgo juvenil, además de programas enfocados en el acoso escolar.
Pero el rol de la familia es clave. “Muchas veces mandamos a nuestros hijos a la escuela y creemos que allí se resolverá todo. Sin embargo, situaciones como esta se pueden evitar si los padres están activos, monitorean, comunican y participan en iniciativas como las escuelas para padres”, dijo Ordás, quien anunció que se retomarán estas jornadas de forma masiva este trimestre.
Sobre el complejo entorno de Colón —con al menos 50 pandillas operando en la provincia—, subrayó que el abordaje debe ser interinstitucional y adaptado al contexto local.
La violencia que vive la sociedad se refleja en las aulas. No podemos hacer requisa diaria en cada colegio, pero sí podemos construir redes de prevención, activar protocolos y, sobre todo, detectar a tiempo las señales de alerta”.
Para Ordás, detrás de cada hecho violento hay historias de abandono, abuso, consumo de sustancias o ideaciones suicidas. “La nota roja es solo la punta del iceberg. Lo que necesitamos es un sistema que proteja, contenga y no excluya”.