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Ciudad de Panamá/El Ministerio de Salud (Minsa) se mantiene en alerta ante el aumento sostenido de casos de enfermedades transmitidas por mosquitos en Panamá, particularmente dengue y malaria, ante el inicio de la época lluviosa en el país.
En ese sentido, las autoridades reiteraron el llamado a la población para reforzar las medidas de prevención, realizar jornadas de limpieza en las comunidades y acudir a los centros de salud ante cualquier síntoma febril.
De acuerdo con el último informe epidemiológico que cerró el 10 de mayo, se reportaron 5,110 casos de dengue en todo el país. De estos, 4,549 fueron clasificados sin signos de alarma, 523 con signos de alarma y 38 como dengue grave. La enfermedad mantiene circulación activa en varias regiones, en especial en zonas densamente pobladas y áreas vulnerables.
En cuanto a la malaria, el Minsa informó que se han contabilizado 4,955 casos en lo que va del año, con dos defunciones confirmadas.
Sobre este tema, el jefe de Epidemiología del Minsa, Blas Armién, indicó que esta enfermedad, transmitida por el mosquito Anopheles, afecta principalmente a comunidades ubicadas en áreas rurales y selváticas, aunque los casos también se han detectado en sectores urbanos.
Además, Armíen destacó que del virus Oropouche también se reportan 303 casos, que se transmite por mosquitos y afecta principalmente a comunidades cercanas a zonas boscosas. También se reportaron 2 casos de Zika y 6 de chikungunya.
Explicó que la situación se agrava debido a factores climáticos y ambientales, como el aumento de las temperaturas y la irregular disposición de desechos, especialmente en sectores como San Miguelito, donde persiste el problema de acumulación de basura en calles y áreas abiertas. Esta situación, combinada con las lluvias, favorece la proliferación de criaderos de mosquitos.
"Tenemos un condicionamiento cultural tan arraigado que cuando uno le dice a la gente: 'tenemos que limpiar', todos ven que el problema no es de él, sino de otro o de otros, o que otro tiene que resolvérselo, o que el Ministerio de Salud tiene que resolverlo, pero no es así", remarcó.
Señaló además que Panamá enfrenta riesgos adicionales debido a la situación epidemiológica en países vecinos, como Colombia, donde se han reportado brotes de fiebre amarilla.
Aunque Panamá no registra casos de fiebre amarilla desde 1974, se mantiene una vigilancia activa en áreas consideradas de alto riesgo, como Darién, Guna Yala y Panamá Este. Esta medida se debe a que la fiebre amarilla se transmite a los humanos principalmente en zonas selváticas, tras el contacto con mosquitos infectados que previamente han picado a primates contagiados.
"El mono aullador es un mono centinela que a nosotros nos ayuda mucho antes de que aparezcan los casos humanos; es vigilar los primates, los monos particularmente en el área del Darién, Guna Yala y Panamá Este, que son las áreas de muy alto riesgo y alto riesgo por eso nosotros concentramos la vigilancia pasiva y activa de los primates, pero también de los febriles", detalló el jefe de Epidemiología.
De momento, no se han detectado casos humanos ni muertes de primates por fiebre amarilla en territorio panameño, pero se mantiene el monitoreo constante.
El funcionario recordó que Panamá cuenta con una campaña de vacunación contra fiebre amarilla en zonas de riesgo, y recomendó a las personas que residen o planean viajar a estas áreas acudir a vacunarse, ya que esta es la medida más eficaz para prevenir la enfermedad.
Además, Armien enfatizó que el cambio climático ha influido en la reproducción acelerada de los mosquitos vectores, al aumentar las temperaturas y modificar los patrones de lluvia. “Esto permite que los mosquitos completen su ciclo de vida más rápido y que los virus o parásitos que portan se transmitan con mayor facilidad”, explicó.
El titular del departamento de Epidemiología recordó a la población que el control de criaderos de mosquitos en viviendas, patios y comunidades es clave para evitar nuevos contagios. De igual forma, se recalcó la importancia de acudir a los centros de salud ante síntomas como fiebre alta, dolor muscular, náuseas y erupciones en la piel, y evitar la automedicación.