Papa Francisco y su paso por Panamá: 'Es una nación noble'
El pontífice estuvo en Panamá del 23 al 27 de enero de 2019 para participar de la Jornada Mundial de la Juventud.
Ciudad de Panamá, Panamá/“Yo conozco América Latina, pero no conocía Panamá. Y me vino esta palabra para describirla: Panamá es una nación noble. Yo encontré nobleza". Estas fueron las palabras dirigidas por el papa Francisco a los periodistas que lo acompañaban a bordo de un avión de regreso a Roma, tras haber concluido su visita al istmo durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en 2019.
El pontífice estuvo en Panamá del 23 al 27 de enero de 2019 para participar de las actividades de la JMJ. Era la segunda vez que un papa visitaba el país, el primero fue Juan Pablo II en 1983.
La madrugada de este lunes 21 de abril del 2025, la Santa Sede anunció que el papa Francisco "ha partido a la Casa del Padre", esto tras haber sufrido una neumonía que lo mantuvo un mes hospitalizado.
Su llegada a Panamá
A las 4:22 p.m. del miércoles 23 de enero de 2019, el avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Tocumen. El papa fue recibido al son de música folclórica y la Banda Republicana entonó los himnos de El Vaticano y Panamá.
Tuvo palabras para cientos de personas congregadas en la terminal aérea más importante de Panamá, incluso dio un beso a un niño que estaba en el lugar.
El trayecto hacia la Nunciatura lo hizo primero en un auto cerrado desde la avenida Domingo Díaz, Torremolinos, Don Bosco, Bello Horizonte, San Antonio, Brisas del Golf, Villa Lucre, la Vía España donde hizo cambio al papamóvil con rumbo a Calidonia, Ancón y finalmente llegó a Clayton, a la Nunciatura Apostólica en Panamá.
Visita al Palacio de las Garzas y encuentro con autoridades
El jueves 24 de enero de 2019 el papa fue recibido en el Palacio de las Garzas por el presidente de turno, Juan Carlos Varela.
También se dirigió al cuerpo diplomático acreditado en Panamá, autoridades y personalidades, donde tocó temas de la realidad latinoamericana.
Invitó a aquellos en posiciones de liderazgo del gobierno y el sector privado a “vivir con austeridad y transparencia”, un reclamo de las nuevas generaciones a los adultos, desde su “libertad, sensibilidad y capacidad crítica”.
El pontífice argentino además extendió el llamado a los líderes a llevar una vida que demostrara el servicio público como “sinónimo de honestidad y justicia, y antónimo de cualquier forma de corrupción”. Un mensaje que resonó en Panamá, marcado por casos de malos manejos de los fondos públicos.
Ante unas 400 personas en el Palacio Bolívar, entre ellas políticos y representantes de la sociedad, Francisco insistió que los jóvenes piden un compromiso, en el que todos --incluyendo a los cristianos--, tengan “la osadía de construir una política auténticamente humana, que ponga a la persona en el centro como corazón de todo, lo cual impulsa a crear una cultura de mayor transparencia entre los gobiernos, el sector privado y la población”.
Exhortó a defender el bien común por encima de los intereses de pocos.
“Así desafiarán las miopes miradas cortoplacistas que, seducidas por la resignación, la avidez, o presas del paradigma tecnocrático, creen que el único camino posible se transita en el ‘juego de la competitividad, de la especulación y de la ley del más fuerte donde el poderoso se come al más débil’, cerrando el mañana a una nueva imaginación de la humanidad”, expresó el santo padre a los presentes.
El llamado a los obispos latinoamericanos
Los líderes de la Iglesia católica latinoamericana que hacían frente a las injusticias promovidas por gobiernos dictatoriales – Nicaragua y Venezuela –, a las migraciones y a escándalos de sacerdotes y obispos involucrados en casos de pederastia estuvieron frente al pontífice en la iglesia San Francisco de Asís, en el Casco Antiguo.
Ante unos 65 obispos, Francisco exhortó a que se acercaran “a las heridas de nuestra gente”, indicando que el “pastor no puede estar lejos del sufrimiento de su pueblo”.
Los invitó además a seguir el ejemplo y las enseñanzas de san Óscar Romero, y utilizarlas como una “fuente constante de inspiración” para las Iglesias de la región latinoamericana.
Francisco recordó a los obispos que Romero mostró que el pastor debe aprender a escuchar “los latidos de su pueblo”.
“Para él, en definitiva, sentir con la Iglesia es tomar parte en la gloria de la Iglesia, que es llevar en sus entrañas toda la kénosis de Cristo. En la Iglesia, Cristo vive entre nosotros y por eso tiene que ser humilde y pobre, ya que una Iglesia altanera, una Iglesia llena de orgullo, una Iglesia autosuficiente, no es la iglesia de la kénosis”, apuntó el papa.
Jóvenes, constructores de puentes y no de ‘muros’
En su primer encuentro con los jóvenes en Panamá, el papa Francisco les exhortó a mantener viva la cultura del encuentro y “un sueño en común”, para llevar hacia adelante a la Iglesia.
Durante la ceremonia de acogida y apertura de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el pontífice señaló que ir adelante no es para “crear una Iglesia paralela un poco más ‘divertida’ o ‘cool’ en un evento para los jóvenes”, sino para el reencuentro.
“Pedro y la Iglesia caminan con ustedes y queremos decirles que no tengan miedo, que vayan adelante con esa energía renovadora y esa inquietud constante que nos ayuda y moviliza a ser más alegres y disponibles, más 'testigos del Evangelio’”, expresó Francisco a los miles de jóvenes en el Campo Santa María la Antigua (Cinta Costera), que por estos días se convierte en un sitio donde concurren todas las naciones.
El Papa recordó a los jóvenes que “algo los une”, sobre las diferencias culturales, históricas y lingüísticas, y les pidió ser constructores de puentes y no de "muros".
Oportunidades para los privados de libertad
Durante su visita al Centro de Cumplimiento de Menores, el 25 de enero de 2019, el papa Francisco insistió que las sociedades deben generar dinámicas que permitan la integración de sus miembros y eliminar las etiquetas que estigmatizan y dividen.
"Esta actitud contamina todo porque levanta un muro invisible que hace creer que, marginando, separando o aislando se resolverán mágicamente todos los problemas", expresó el pontífice a los jóvenes privados de libertad.
Fustigó la mirada estéril y la murmuración de aquellos que coartan y cierran la oportunidad del cambio, al tiempo que exaltó aquella que invita a la transformación y conversión de los que por algún motivo han tenido un tropiezo.
Objetó a aquellos que separan entre "buenos y malos".
"Con la vida de la gente parece más fácil poner rótulos y etiquetas que congelan y estigmatizan no solo el pasado, sino también el presente y futuro de las personas", manifestó Francisco. "La cultura del adjetivo que descalifica a las personas. Se sienten tan puros que no tienen sabor a nada y no tienen la mano para ayudar a otros".
La JMJ y la consagración de la Catedral Basílica
El papa Francisco reflexionó durante el viacrucis de la JMJ sobre los problemas que agobian a la región y el mundo, entre ellos migraciones forzadas, discriminación, violencia, derechos humanos y ecología.
Centro de la Arquidiócesis de Panamá, sus parroquias y de sus iglesias sufragáneas, la Catedral Basílica Santa María la Antigua ha sido punto de encuentro de grandes momentos del país y sigue marcando la historia. El sábado 26 de enero, el papa Francisco consagró su altar en una memorable ceremonia.
Era la segunda vez que un pontífice la visitaba, el primero fue san Juan Pablo II, que el 5 de marzo de 1983, llegó a la catedral para reunirse con el clero, ancianos y enfermos.
Este templo católico fue consagrado en 1796, a pesar de que los trabajos de construcción se iniciaron en 1688.
Es sede episcopal de la Arquidiócesis de Panamá y heredera de la catedral que fue erigida por el Papa Adriano VI en la casa del cacique Cémaco, punto donde los españoles e indígenas se enfrentaron y donde se fundó la población que fue dedicada a Santa María la Antigua.
Posteriormente cambió su sede por orden de Pedro Arias de Ávila, quien fundó Panamá en 1519, a orillas del océano Pacífico.
Luego del incendio ocasionado por el pirata Henry Morgan en Panamá la Vieja en 1673, la catedral fue trasladada a la nueva ciudad, en San Felipe.
Además, fue testigo del nacimiento de la República de Panamá, el 3 de noviembre de 1903.
El papa comenzó su recorrido en el barrio de San Felipe o Casco Antiguo, a bordo del papamóvil para saludar a cientos de personas que lo esperaban desde temprano a la orilla de las diferentes callejuelas.
Tan pronto Francisco se acercó a la plaza de la Independencia, las campanas de la Catedral Basílica Santa María la Antigua comenzaron a repicar para darle la bienvenida.
El sucesor de Pedro quiso saludar a los que estaban en la histórica plaza antes de ingresar a la catedral y dar inicio a la misa.
Una vez estuvo dentro, Francisco veneró la imagen de la patrona del país, Santa María la Antigua, que fue bendecida en Roma por el papa emérito Benedicto XVI y que se encuentra ahora entronizada en una capilla de la vetusta catedral.
Tras revestirse, el pontífice inició la misa de consagración del altar, el cual bendijo luego de una breve oración.
Una parte de la consagración incluyó el beso de las reliquias de los santos que permanecerán en este altar como señal del sacrificio de Cristo.
Colocó las reliquias de San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima, San Oscar Arnulfo Romero y San Juan Pablo II.
Francisco ungió el altar con el santo crisma que se bendice el Jueves Santo y posteriormente el mismo fue limpiado con paños de lino que deberán ser quemados tras el rito.
Sobre el altar se colocó el incienso para cerrar la consagración, en señal de que subieran las oraciones dedicadas en la catedral.
El almuerzo con la juventud
Unos diez jóvenes tuvieron la oportunidad de conversar muy de cerca con el papa Francisco sobre problemas globales y las realidades de sus países, en un encuentro privado durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Una experiencia esperanzadora y de humildad, describieron siete de los elegidos para este momento con el pontífice argentino en el Seminario Mayor San José.
Se habló durante el almuerzo sobre abuso sexual, cristianos perseguidos en Palestina, cambio climático, unidad en la Iglesia católica y cómo atraer nuevamente a aquellos jóvenes que se han alejado de la institución presidida por Francisco.
Vigilia y misa de envío
El tema de este encuentro que se extendió durante toda la noche en los terrenos de Metro Park a las afueras de la ciudad de Panamá, tuvo como nombre: “Contemplar la vida desde el ‘Sí’ de María”.
Un discurso con conceptos del mundo de las redes sociales fue pronunciado por el santo padre. “Sin lugar a dudas la joven de Nazaret no salía en las ‘redes sociales’ de la época, no era una ‘influencer’, pero sin quererlo, ni buscarlo se volvió en la mujer que más influenció en la historia”.
El derecho a la vida, condenando el aborto, algo que ha sido el norte del pontificado de Francisco, también estuvo presente en las palabras del pontífice y apelando al mensaje de Jesús en la cruz, que perdonó a quienes lo crucificaron, dio un extenso tratado de amor y misericordia.
“¿Acaso alguien por ser discapacitado o frágil no es digno de amor?, ¿Alguien por ser extranjero, por haberse equivocado, por estar enfermo o en una prisión no es digno de amor? Así lo hizo Jesús: abrazó al leproso, al ciego y al paralítico, abrazó al fariseo y al pecador”, señaló el papa argentino.
La doctrina social de la Iglesia encontró espacio en este encuentro mundial de la juventud católica. Francisco destacó la importancia de la educación y de un trabajo digno para que los jóvenes puedan construir un futuro.
El domingo 27 de enero de 2019, último día de su periplo en Panamá, el papa encabezó la misa de cierre y envío de la JMJ Panamá, en la que al final se anunció que Lisboa, Portugal sería la nueva sede internacional del evento para el año 2022, que terminó realizándose en 2023 por efectos de la pandemia.
"Muchas gracias a todo el pueblo panameño por habernos abierto las puertas de casa y haber acogido a tantos jóvenes provenientes de todas partes del mundo. ¡Que Santa María la Antigua bendiga y proteja Panamá!", fueron parte de las palabras del papa tras culminar su viaje.