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Ciudad de Panamá/Datos de la Organización de Naciones Unidas indican que el 58% de las niñas y jóvenes han experimentado alguna forma de acoso en línea, una cifra que evidencia la magnitud del problema.
La violencia digital comprende agresiones facilitadas por la tecnología y Panamá no escapa de esta realidad.
Lia Hernández Pérez, abogada digital, explicó que entre los principales tipos de violencia digital que afectan a mujeres, niñas, adolescentes y personas de la comunidad LGBTIQ+ en el país se encuentran el acoso y el hostigamiento en línea, además de la difusión no consentida de imágenes íntimas.
En la región, se estima que 9 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia digital.
En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, la representante de Naciones Unidas en Panamá hizo un llamado a tomar acciones para reducir estos casos que afectan de forma directa a las mujeres.
Ana Graca señaló que, con el avance de la inteligencia artificial y la era digital, es fundamental que “los derechos humanos sean tan fuertes en el ciberespacio como lo son en las constituciones del país”.
De acuerdo con Naciones Unidas, la mayoría de los países en Latinoamérica no cuentan con un marco legal que proteja a las víctimas de este tipo de violencia.
En Panamá, en la Asamblea Nacional se discute un proyecto de ley que busca restringir el uso de algunas aplicaciones. Alexandra Brenes, una de las diputadas, indicó que el debate está en subcomisión y continuarán las reuniones sobre el tema. El defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc, apeló al derecho al olvido, ya que con herramientas como la inteligencia artificial se pueden crear fotos o videos no autorizados, dejando a las mujeres en la necesidad de luchar para que ese contenido desaparezca del entorno digital.
Para evitar ser víctima de violencia digital, las autoridades recomiendan evitar compartir información personal o imágenes que puedan ser utilizadas por terceros de forma indebida. Insisten en que “hay que prevenir para no lamentar” y en ser cuidadosos con los datos —fotográficos, de video o personales— que se suministran o difunden.
Aunque ocurre detrás de una pantalla, la violencia digital no deja heridas visibles, pero sí huellas profundas.
Información de Luis Mendoza
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