Crisis, protestas multitudinarias y respuesta del gobierno en el radar

Este domingo en Radar, expertos de distintos ámbitos evaluaron las protestas multitudinarias que han sacudido el país esta semana y el rol de los diversos actores en la crisis, además de las posibles soluciones a la misma.

Necesidades no atendidas

Si bien hay factores objetivos que se están evaluando en las mesas de diálogo, hay otros elementos estructurales gravitando alrededor de la crisis que no están siendo atendidos, según indicó el subdirector de la Caja de Seguro Social, Francisco Bustamante.

En el ámbito económico, apuntó al nivel de tributación en Panamá, que es uno de los más bajos de la región, lo que crea una distorsión en quiénes cargan con el financiamiento del Estado para la solución de los problemas.

En esa misma línea, el politólogo Harry Brown Araúz señaló que Panamá es el país en el que más se protesta en la región, solo que estas suelen ser pequeñas y desarticuladas, aunque siempre orientadas hacia necesidades básicas no atendidas, como el agua, las carreteras o la salud.

La diferencia de la protesta actual, según Brown, es que por la acumulación del malestar y el sufrimiento de la población, se ha convertido en un reclamo al poder en sí y su rol en la crisis, por lo que se debe escuchar atentamente los reclamos.

Dio como ejemplo el rechazo al congelamiento de diez productos de la canasta básica, ya que, si bien son técnicamente los alimentos que la población más consume, estos ven que no son los que los poderosos consumen y eso genera descontento y reclamo por otro tipo de productos.

Crisis de credibilidad

Un elemento que ha complicado las negociaciones y la búsqueda de soluciones ha sido la falta de confianza en las autoridades por parte de los manifestantes.

Esta ha sido alimentada, según explicó Bustamante por el “comportamiento un poco soez” por parte de funcionarios, que le dicen a la población que no hay dinero para atender las necesidades, pero luego sí lo gastan en otros excesos.

El excandidato presidencial Ricardo Lombana mencionó como ejemplos los viajes, viáticos, dietas, la compra y alquiler de autos, la gasolina para funcionarios, consultorías, los doble salarios y gastos de movilización, así como las abultadas planillas.

Lombana indicó que para recuperar la credibilidad, se debe dar un cambio de gabinete y se debe tomar acciones contundentes de recorte presupuestario, entre ellos a la Asamblea.

Sin embargo, Bustamante advirtió que no se debe hablar de reducir el gasto, sino de reorientar el gasto, como el caso de reducir la planilla pero dirigir esos fondos que se ahorran a obras de inversión que generen empleo.

La respuesta del gobierno

Por parte del gobierno, Guillermo Salazar, director del Instituto de Planificación, aceptó que se debe hacer un ajuste estructural para disminuir la desigualdad en el país y reactivar la economía a través del empleo.

Ante las críticas por la demora en atender la crisis, el vocero del gobierno, Rafael Mezquita, reconoció que ha habido mal manejo de la comunicación y en la toma de decisiones, pero defendió la necesidad de primero garantizar de dónde provienen los fondos para financiar las medidas.

También indicó que la situación es complicada porque son varios grupos distintos en las calles con los cuales hay que negociar y que no todos quieren lo mismo. 

Brown no solo apuntó al poder político, sino que instó a la empresa privada a dejar de decirle al gobierno qué hacer y, en vez, evaluar qué pueden hacer ellos para afrontar la situación.

Sobre las declaraciones del Presidente Cortizo de que hay incitadores políticos detrás de las protestas, Mezquita afirmó que una de las intenciones de crear caos en el país es desviar la atención de la audiencia de Odebrecht que se celebra el lunes 18 de julio y la cual involucra a dos expresidentes.

Oportunidades en medio de la crisis

La presidenta de la Cámara de Comercio, Marcela Galindo, planteó la necesidad de generar oportunidades y aprendizajes de la crisis actual, como la posibilidad de que el sector logístico se organice para mover mercancía de forma marítima y así no depender exclusivamente de la vía Interamericana.

Galindo agregó que es difícil calcular el monto de la afectación al comercio, pero que en términos del impacto en la ciudadanía se vio en la escasez de productos frescos en la capital, el desabastecimiento de combustible en el interior, la falta de cloro para agua en algunas regiones y la necesidad de oxígeno en ciertos hospitales, por nombrar algunas.