Verstappen-Hamilton, una rivalidad por la supremacía de la F1
F1
Aunque han esperado hasta 2021 para pelear entre ellos por el título, Max Verstappen y Lewis Hamilton tenían todo para ser rivales desde la llegada del holandés a la Fórmula 1 en 2015.
"Denme su auto y se podrá decir" quién es el mejor piloto: en 2015, el prodigio holandés de 17 años no se deja impresionar por el británico, bien instalado en su Mercedes, en la cumbre.
Verstappen pasó de Toro Rosso a la casa madre Red Bull en 2016, y ahí empezó la rivalidad. En Japón, por ejemplo, el holandés defiende su segunda plaza como un grande y obliga al inglés a salir de los límites del trazado.
En 2018, la rivalidad toma relieve en Baréin cuando Verstappen intenta una maniobra en una recta contra Hamilton. Este último no cede, los dos se tocan y el piloto Red Bull tiene que abandonar unas vueltas más tarde.
"Falta de madurez"
"¡Qué tonto!", lanza Hamilton, vencedor, viendo las imágenes antes del podio. Unos días más tarde, el británico estima que al holandés "le falta madurez".
"Es fácil acusar al piloto más joven", responde el interesado seguro de "no haber hecho nada malo".
En el gran premio siguiente, Hamilton calma las cosas, maliciosamente: "Tengo mucho respeto por Max. Tiene potencial para ser campeón. Pero he estado en su lugar, incluso si yo era un poco más viejo, y es verdaderamente todo un aprendizaje, en cuanto a esta presión, a estar en un equipo de alto nivel".
"Poco importa si es su culpa o la mía, es pasado", avanza, explicando que fue a darle la mano al rival, para sellar la reconciliación.
Los duelos se reanudan puntualmente, como en Texas, donde Verstappen resiste a los ataques de la Flecha de Plata, retrasando el quinto título del británico.
Todavía ultradominante en 2019, Hamilton tiene buenos momentos en 2021: en Hungría, debe esperar el final de la carrera para superar a su rival, que se defiende con uñas y dientes; en Mónaco, Verstappen le toca en una curva, a dos vueltas del final, sin impedirle ganar.
"Lewis no es Dios"
En la pretemporada 2020, "Max" pone algo de picante a la rivalidad: "Lewis es muy bueno, ciertamente uno de los mejores. Pero no es Dios. Tal vez Dios esté con él, pero no es Dios".
Pese a todo, Mercedes sigue siendo intocable. Hay que esperar a 2021, la séptima temporada en la élite ya para Verstappen, a sus 24 años, para ver a Red Bull pelear de tú a tú con Mercedes.
Enviado contra el muro en Silverstone por su rival, Verstappen reacciona, furioso, desde el hospital, donde pasó un examen de rutina, tras la victoria de Hamilton, calificando de "peligrosa" su maniobra y de "irrespetuosas y antideportivas" las celebraciones del inglés ante su público.
Hamilton estima que "no tiene ninguna razón para excusarse" y añade: "Max es uno de los pilotos más agresivos del Mundial".
La guerra en pista se acentúa aún más cuando se neutralizan en Monza, y el Red Bull termina literalmente sobre el Mercedes tras un choque.
Símbolo de la tensión que reina, los dos pilotos se desafían incluso en los ensayos libres en Estados Unidos: "¡Qué tonto!", se irrita Verstappen haciendo un gesto de menosprecio con el dedo corazón a su rival, que acaba de adelantarle.
En la carrera al título, Hamilton juega la carta de la experiencia, como antes del Gran Premio de Arabia Saudita: "No es la primera vez (que peleo por el título). Recuerdo mi primer campeonato e incluso el segundo y el tercero, las noches sin dormir y todas esas cosas, mientras que ahora estoy mucho más seguro de mí mismo".
El holandés, a quien no le gusta que le llamen "Mad Max", siempre ha negado tener una presión suplementaria con este primer título en juego: "al final, poco importa si te bates contra alguien que tiene tu edad o un campeón del mundo, ya que los dos son grandes pilotos".
Y como su defensa pasa a menudo por el ataque, también el holandés tenía un mensaje: "Algunos tal vez han tenido un poco más de suerte de manera general, al estar en un buen auto durante mucho tiempo, pero eso no quita para nada el hecho de se son grandes pilotos".