Más Super Bowls con frío y al aire libre?
El Super Bowl que se disputará este año en Nueva York podría abrir las puertas para que la NFL escenifique su partido de campeonato en otras ciudades de clima frío. Boston, Filadelfia, Chicago - todas grandes urbes con estadios al aire libre- pueden montar la semana completa de actividades que anteceden el partido. Y seguramente buscarán recibir una oportunidad ahora que la NFL está por iniciar una nueva era. Los jugadores y dueños de equipos coinciden con la opinión que Cory Redding, lineman de los Colts de Indianápolis, formuló recientemente sobre sacrificar unas horas incómodas a la intemperie para poder pelear por el título. "Nieve, viento, lluvia helada, que importa", dijo Redding. "Todo hará que el confeti se goce mucho mejor". La última palabra corresponde a los 32 dueños. Un puñado estará más pendiente de lo usual, y no necesariamente por el partido, sino por todo el preámbulo. Los propietarios de equipos con estadios al aire libre en ciudades de frío querrán seguir la experiencia de los coanfitriones John Mara de los Giants y Woody Johnson de los Jets. Si este Super Bowl en Nueva Jersey/Nueva York resulta todo en éxito, la lógica es que el partido puede montarse en cualquier parte. Foxborough, Filadelfia, Washington, Nashville, Chicago, Kansas City, Denver. Todos esos lugares pueden ilusionarse. Dueños de equipos en esas ciudades, y varias más, han sondeado la posibilidad en el pasado y ahora, pero nadie se ha postulado. La próxima edición que debe definir sede es la de 2019, cuya campaña debe empezar a mediados de año. Luego de Nueva York, los próximos tres Super Bowls serán en Glendale, Arizona (2015), Santa Clara, California (2016; el aniversario número 50 del Super Bowl), y Houston (2017). Indianápolis, Minneapolis y la predilecta Nueva Orleáns pujan por 2018. Las tres ciudades cuentan con estadios techados. La ciudad ganadora de la sede será anunciada en mayo. Para entonces, los aspirantes de 2019 deberán haber recaudado los fondos necesarios. No sale barato. Luego de ganar el derecho de organizar el partido de 2014, tras un voto en 2010, Nueva York y Nueva Jersey debieron conseguir 70 millones de dólares para cubrir los gastos que implica montar el partido. El libro de cuentas incluye de todo, desde la instalación de tobogán en Times Square hasta planes de contingencia para despejar nieve en el estadio Metlife. La ciudad que presente una candidatura debe garantizar 29.000 habitaciones de hoteles que no estén alejados de una hora conduciendo. También deben suministrar instalaciones de entrenamientos, así como recintos que albergar un centro de prensa y la "NFL Experience", una especie de convención para fanáticos. Todo dependerá de lo que ocurra en Nueva York para ver si otras ciudades de clima frío seguirán recibiendo la sede. El lugar es lo que menos importa a los jugadores y técnicos: "Si quieren ir a Alaska, si ahí es donde quieren tener el Super Bowl, ahí voy a llevar a mi equipo", comentó el entrenador de Buffalo Doug Marrone.