El actor Tom Cruise regresa para salvar a Hollywood

Cine

Tom Cruise vuelve a entrar en la piel del espía Ethan Hunt. En una temporada cinematográfica de verano que necesita un gran estreno monetario que la sustente, después de algunas decepciones presentadas recientemente en la pantalla grande, llega a salvar a Hollywood este carismático actor encabezando la producción Misión Imposible: sentencia mortal - primera parte. El público y la crítica vuelven a favorecer a los thrillers de acción.

Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One (2023) tuvo un costo de producción (sin incluir la inversión publicitaria) de 290 millones de dólares. Es la producción más cara protagonizada por Tom Cruise. / AFP

Por el momento, las tres películas de Hollywood con mejor recaudación dentro de Estados Unidos durante el 2023 han sido The Super Mario Bros. Movie, Spider-Man: Across the Spider-Verse y Guardians of the Galaxy Vol. 3.

Eso ocurrió entre los meses de abril y junio. Pero ya en febrero las alarmas comenzaron a encenderse cuando tuvo un impacto modesto Ant-Man and the Wasp: Quantumania.  Después han pasado unas semanas aciagas para la Meca del Cine, ya que tampoco recaudaron lo que se esperaba Transformers: Rise of the Beats, Indiana Jones and the Dial of Destiny, The Flash y Elemental.

No es que hayan obtenido menos dinero de sus costos de producción. Lo que pasa es que en Hollywood se espera que los filmes presentados durante la temporada de verano cumplan la premisa obligada de recaudar el triple de lo invertido, ya que se supone llegan a las salas durante la época más lucrativa del año en la unión americana (luego le siguen las fechas previas a la Navidad).

La pandemia modificó mucho los procesos de filmación y la fecha de estreno de Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One. Tom Cruise tenía 57 años cuando se iniciaron los preparativos del filme, 59 cuando se terminó el rodaje y 61 cuando se estrenó en el 2023. / AFP

Hay un refrán que dice: “los problemas nunca vienen solos, tras uno llega otro”. Porque a esta situación se le agrega que, desde el 2 de mayo de 2023, los 11,500 miembros del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos están en huelga. La anterior medida de fuerza de los escritores a favor de sus derechos como trabajadores ocurrió en el 2008, duró alrededor de 90 días, y le costó a la industria del entretenimiento más de 2 mil millones de dólares de acuerdo a la Motion Picture Association.

A esta preocupación (¿disgusto?) que tienen los principales estudios cinematográficos, aquellos que acaparan la mayoría de la cuota de taquilla semanal en Norteamérica, hay que añadir que desde este 13 de julio se declararon también en huelga los 160,000 integrantes del Sindicato de Actores. Fue en el año de 1960 cuando se llevó a cabo la última huelga conjunta entre ambos sectores en la unión americana.

Ambos sindicatos estiman que cada día de huelga le cuesta a la industria del entretenimiento unos 30 millones de dólares.

Este nuevo largometraje de Tom Cruise tiene una duración de 163 minutos (que casi no se sienten). Es la más larga de todas. Le gana a Mission: Impossible - Fallout (2018) que tenía una duración de 147 minutos / AFP

Llega el héroe

¿Hollywood se va al garete? No este fin de semana. Llega un actor que es capaz de meterse al bolsillo al público que adora las denominadas películas comerciales, y en ocasiones, también sabe deslumbrar a la crítica especializada: Tom Cruise.

El intérprete cuatro veces nominado al premio Oscar regresa a encarnar al espía Ethan Hunt. En Misión Imposible: sentencia mortal - primera parte vuelve a demostrar lo que significa, en términos de finanzas, ser un héroe de acción dentro del imaginario de los productores y los dueños de los complejos de cine en Estados Unidos: las entregas anteriores de esta franquicia han quedado en el top ten de las mejores recaudaciones en sus respectivos años de estreno a nivel mundial.

Veamos. La primera entrega de la saga de aventuras quedó tercera en 1996. La siguiente del 2000 fue la reina de la boletería. La tercera alcanzó el octavo puesto en el 2006. Luego Ghost Protocol (2011) llegó de quinta y quedaron de octava tanto Rogue Nation (2015) como Fallout (2018).

Es demasiado pronto para saber a ciencia cierta cómo le irá en boletería a Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One (2023, dirección de Christopher McQuarrie). Lo comprobable es que le encantó al 93% de los especialistas que redactan notas sobre el séptimo arte en la unión americana según la página rottentomatoes.com.

Si sumamos todo el dinero recaudado en la venta de boletos entre todas las entregas de la saga de Misión Imposible a nivel mundial, el resultado es impresionante: más de 3 mil millones de dólares en taquilla / AFP

Algo de unas llaves

Ni en sueños el argumento de Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One obtendrá una nominación al premio Oscar en la categoría de mejor guion. ¿Por qué? Es una bobada que dura 163 minutos.

Cuando todos los organismos de seguridad de Estados Unidos carecen del personal idóneo para salvar al planeta, suelen llamar a Ethan Hunt para que haga ese indispensable trabajo de mantenernos con vida. En esta ocasión hay una fuerza siniestra que une la autodestrucción que les fascina a los villanos de Hollywood con máquinas cada vez más inteligentes que el cerebro del ser humano promedio.

Por lo que este espía y sus colegas del FMI (por favor, no confundir con el Fondo Monetario Internacional) deben encontrar dos llaves para abrir algo tan desconocido para ellos como misteriosa es la fuerza terrorista que la desea usar para mandarnos a todos al más allá.

¿Funciona esta nueva Misión Imposible?

Como cine de espectáculo y evasión, sí y mucho. Uno pronto se olvida de las mentadas llaves porque disfruta de casi 3 horas de un thriller electrizante en su puesta en escena, en sus efectos visuales y sonoros, en sus múltiples escenarios exóticos, en sus decorados imponentes, en el trabajo de los maquillistas y vestuaristas… Sin dejar al margen, ese gusto por destrozar vehículos e infraestructuras que es otra de las señas de identidad de las películas de acción en la unión americana, en especial, cuando tienen presupuestos abundantes para gastar en esos renglones.

También funciona como película de espías. Desde largometrajes como Dr. No (1962, de Terence Young), y gracias también a novelistas como Len Daighton, John Le Carré y Tom Clancy, los espías fascinan en la pantalla grande porque siempre logran detener los planes más elaborados de las organizaciones criminales, tienen la inmensa capacidad de sobrevivir a los peores desastres, tienen unas condiciones físicas increíbles, más que poseen una personalidad fría, calculadora y emotiva siempre presentes en el momento justo y en las cantidades correctas. Ese encanto y arrojo le sobran a Tom Cruise como Ethan Hunt.

Desde títulos apasionantes como Die Hard (1988, de John McTiernan) o Lethal Weapon (1987, de Richard Donner), los salvadores del globo terráqueo vencen a los malos dejando tras de sí una serie de explosiones, persecuciones y muchos vehículos convertidos en chatarra. El cineasta Christopher McQuarrie hace eso de maravilla en esta séptima entrega.

Hablando de geniales persecuciones vehiculares fílmicas, las acrobacias de los conductores y sus coches en Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One están en la misma excelsa categoría de referentes del siglo XX en esta materia como Bullitt (1968, de Peter Yates), The French Connection (1971, de William Friedkin) y Ronin (1998, de John Frankenheimer).

¿Por qué nos gustan las películas de acción?

De salida, es un placer culposo. Para qué negarlo.

El espectador asiduo al género de acción sabe lo que quiere y espera de una producción como Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One.

Este nicho de audiencia busca experimentar en la sala de cine emociones fuertes que van del miedo a la rabia pasando por disfrutar de las sorpresas (aunque en esta Misión Imposible hay algunos giros de trama que son fáciles de adivinar).

El cinéfilo de acción quiere disfrutar de sensaciones de riesgo que sean seguras para él. O sea, que los escaladores de edificios altos o el que salte al vacío manejando una motocicleta a toda velocidad sean otros que no seamos nosotros.

En resumen, es como encontrarle un motivo o razón del por qué uno va a los parques de diversiones para montarse en las montañas rusas. Lo que se desea experimentar es la visceral sensación de miedo controlado. Terminar eufóricos el recorrido con el corazón a mil y con la respiración agitada. Ese es el disfrute de ver Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One.

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