Chiriquí y Coclé: las provincias también sufren el impacto económico por la pandemia

Ciudad de Panamá/En las provincias de Chiriquí y Coclé la crisis económica producto de la pandemia ya no se esconde entre los surcos, ni entre la sal y el azúcar. En Chiriquí más de 274 empresas han cerrado definitivamente sus puertas durante los primeros tres meses de este año, cifra que va en aumento, mientras que en Coclé las que todavía sobreviven buscan desesperadamente el cada vez más confuso camino de la reinvención.

El desempleo ronda las inmediaciones del volcán Barú, afectando a más del 20% de su población, afirmó Felipe Venancio Rodríguez, presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Chiriquí, provincia en donde habitan unas 464 mil 538 personas, según proyecciones al 2020 del Instituto de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República.

En tanto, en Coclé la incertidumbre marcha a paso ligero, en especial en las micro y pequeñas empresas, debido a la falta de planes puntuales de reactivación económica, afirmó la presidenta de la Cámara de Comercio e Industrias coclesana, Amalia Vásquez.

Se ha incrementado mucho la informalidad y el desempleo al observar una preocupante cantidad de empresas que no han podido reiniciar operaciones o han reestructurado su manera de operar”, aseguró.

Dijo no tener una cifra exacta de empresas que hayan cerrado totalmente, pues muchas se están transformando al modo virtual, mientras que otras han cambiado su ubicación para disminuir los gastos, en especial los de alquiler.

En Coclé todos los sectores han sido afectados de una u otra manera, agregó Vásquez, aunque reconoció los emprendimientos que han desarrollado la creatividad de las personas, pero advirtió que “debería evaluarse si cumplen con las normas que toda empresa debe cumplir según la ley”.

Entre las empresas afectadas en esta provincia, de unos proyectados 266 mil 969 habitantes al 2020, mencionó a las micro y pequeñas empresas de comercio al detal, que cuentan con recursos limitados para mantener operaciones, así como al sector hotelero, que en esta provincia posee pequeños hoteles dedicados a ofrecer sus servicios a visitantes de paso, que por motivo de trabajo viajan a esta región del país.

Las micro, medianas y pequeñas empresas componen el 97% del parque empresarial panameño, en un país en donde el desempleo alcanzó en 2020 el 18.5%, y las proyecciones indican que cerca de 130 mil personas caerán por debajo de la línea de la pobreza, lo que implica un aumento en la tasa de pobreza de 12.1% en el 2019 a 14.9% en el 2020, según el Banco Mundial.

Los restaurantes y lugares de esparcimiento son un buen ejemplo de afectación con relación al gasto de inversión versus el ingreso a recibir”, puntualizó la comerciante.

Por su parte, en Chiriquí “tenemos una economía resiliente. Hay muchos proyectos para avanzar la provincia, pero la tramitología en lugares como los bomberos y el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, por ejemplo, es un ancla que frustra el desarrollo”, se quejó el presidente regional de la Cámara de Comercio e Industrias, Felipe Venancio Rodríguez.

De acuerdo con el Centro de Competitividad de la Región Occidental, para la antigua tierra de los indígenas Doraces hay proyectos de inversión estimados en 116.3 millones de dólares, “a los que solo hay que ponerles el acelerador”.

Desglosada esa cantidad, se tiene que existe un plan maestro de la Región Occidental y agroindustrias por 28.6 millones de dólares, un programa de fortalecimiento de capital humano por 21 millones de dólares; proyecto de ciudades turísticas por 39 millones de dólares, circuito del café (agroturismo) 13.7 millones de dólares y un Centro de Convenciones Verde por 1.4 millones de dólares.

Para cristalizar toda esta inversión planificada se tiene que mejorar la burocracia, descentralizar las funciones de las entidades, pues todo depende de la ciudad capital, manifestó Rodríguez.

Indicó que la construcción del Centro de Convenciones Verde en la comunidad de El Francés, en Boquete, que daría empleo a unas 300 personas, ya está aprobado, “pero la orden de ejecución aún no ha bajado de la Contraloría General de la República”.

Una alianza público privada entre la Cámara de Comercio de Chiriquí, la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa, el Centro de Competitividad de la Región Occidental y la Fundación Pro Chiriquí hizo posible esta iniciativa.

En Coclé, Amalia Vásquez indicó que hay empresarios dispuestos a no dar a torcer el brazo y continúan arriesgándose, pero necesitan que existan restricciones a la movilidad con responsabilidad, con el mantenimiento de las medidas de bioseguridad, y en especial que no se den los cierres de actividades económicas para garantizar un grado de confianza que ayude a continuar aportando al país.

Lo que sí es importante señalar es el escaso dinero circulando en la región”, anotó la presidenta de la Cámara de Comercio e Industrias de Coclé.

“Sugerimos que cualquier cambio que se efectúe en la estructura comercial de la provincia sea realizado con cautela, ya que las empresas necesitan un ambiente de confianza para seguir invirtiendo y esto incluye, por ejemplo, mantener un alto flujo de consumidores que puedan mantener circulando dinero en la región y de este modo activando de algún modo la economía”.

Aunque actualmente, sin planes concretos de apoyo gubernamental, la crisis económica que trajo la pandemia se mantiene en los surcos, en la sal y en el azúcar. “Esto es como pelear con un brazo amarrado”, reflexionó un microempresario que voz en cuello pregonaba sus productos por los lados del mercado público de Penonomé.