Homicidios: ¿Qué hay detrás de las cifras?

Jóvenes: las principales víctimas; las estadísticas revelan una realidad alarmante: 34 menores de edad han sido asesinados este año. El 68% de las víctimas de homicidios son jóvenes entre 18 y 39 años.

Panamá avanza económicamente, pero mientras las grandes obras, el comercio y la inversión reflejan prosperidad, otra realidad golpea con fuerza a sus comunidades: la inseguridad y el aumento de la violencia homicida siguen siendo una preocupación nacional. ¿Qué hay detrás de las cifras?

Datos del Ministerio Público indican que, hasta octubre, se registraron 485 homicidios, una ligera disminución frente a los 501 reportados en el mismo periodo de 2024. Aunque el descenso parece positivo, los hechos recientes mantienen la alerta en alto.

Tres cuerpos, tres días, una misma preocupación; de hecho, en noviembre inició con una seguidilla de casos que sacudió al país.

Esteban Danilo De León, un joven reportado como desaparecido, fue hallado sin vida en el sector de Las Paredes, en la 24 de diciembre, cinco días después de perderse su rastro.

Al día siguiente, las autoridades confirmaron la ubicación del cuerpo de Marichall Rodríguez, de 27 años, desaparecido desde el 3 de noviembre. Fue encontrado en Cabra, Pacora, cerca de la iglesia Medalla Milagrosa.

Y un día después, otro cuerpo fue ubicado en un lote baldío detrás de la cancha del IPT Don Bosco.

Tres hallazgos en tres días que reactivaron el debate sobre la violencia criminal.

Aunque no todas las regiones viven la violencia por igual.

Según las estadísticas oficiales, Panamá concentra casi la mitad de los casos con 209 homicidios, Colón registra 100, San Miguelito, 86 y Panamá Oeste, 44. Zonas como Don Bosco, Tocumen y Pacora aparecen entre las 20 áreas identificadas por la Policía donde operan redes del crimen organizado.

En sectores como Don Bosco, los residentes conviven con un temor constante. Los vecinos señalan que la presencia del crimen organizado, la falta de vigilancia y los enfrentamientos entre grupos delictivos han deteriorado la tranquilidad de barrios que antes eran considerados seguros. La señora Teodora Medina lleva años viviendo en Don Bosco; ahora dice que sus días los vive con más temor por los crímenes que se han registrado.

Jóvenes: las principales víctimas; las estadísticas revelan una realidad alarmante: 34 menores de edad han sido asesinados este año. El 68% de las víctimas de homicidios son jóvenes entre 18 y 39 años.

Este año se han registrado algunos casos de inocentes que han muerto por la violencia, recordemos que el pasado 10 de octubre, un ataque armado en “Mi Pueblito”, San Isidro, acabó con la vida de un bebé de apenas 4 meses y de un joven de 21 años.

El 14 de marzo, una niña de 9 años murió tras recibir un disparo en la cabeza cuando regresaba de la escuela junto a su abuela.

Historias como estas reflejan el impacto devastador de la violencia en las nuevas generaciones.

Funcionarios del Ministerio de Seguridad y la Policía señalan al narcotráfico y al crimen organizado como los principales factores detrás de buena parte de los homicidios registrados este año.

Luis Zegarro, director de prevención y seguridad ciudadana del Ministerio de Seguridad, indicó que “el 75% de los crímenes que se registran en el país están relacionados con el crimen organizado”.

El presidente también se refirió recientemente al tema, destacando la necesidad de reforzar la lucha contra las organizaciones criminales y de fortalecer las instituciones encargadas de la seguridad.

En tanto expertos: desigualdad y falta de oportunidades alimentan la violencia.

Analistas y especialistas en temas de criminalidad coinciden en que la violencia es un fenómeno social complejo. De acuerdo a los especialistas, muchos de estos jóvenes, explican los expertos, son reclutados por organizaciones criminales que les ofrecen dinero rápido ante la ausencia de alternativas.

La violencia en Panamá requiere una respuesta integral: más oportunidades para los jóvenes, instituciones sólidas, justicia efectiva y estrategias que ataquen las raíces del problema; mientras tanto, cada homicidio es un recordatorio doloroso de que la paz sigue siendo una tarea pendiente para el país.

Información de Luis Mendoza

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