Panameños endeudados: claves para salir a flote
Según el Colegio de Economistas de Panamá, cerca de $3,800 millones se adeudan en tarjetas de crédito, situación que para el presidente del gremio evidencia la necesidad de información financiera en la población.
Ciudad de Panamá/Deudas. Esa palabra se repite día tras día en cientos de familias panameñas que se han visto afectadas directa o indirectamente por la pandemia de la COVID-19. La falta de ingresos motivada por el incremento del desempleo y los ajustes salariales de algunos trabajadores que ahora devengan menos, han llevado a que más de cuatro no puedan pagar sus compromisos y que su nivel de endeudamiento vaya en aumento.
De hecho, el Colegio de Economistas de Panamá hizo un análisis sobre las tarjetas de crédito y los resultados indican que se debe “demasiado dinero”. “Nosotros hicimos un análisis y estamos muy cercanos a los $3,800 millones que se deben”, afirma Samuel Moreno, presidente del gremio. “El tema es que usted está comprometiendo ingresos futuros que ni siquiera se han generado”, advierte el economista.
Lo anterior nos muestra que se necesita mucha información financiera, dice Moreno. Adicionalmente, se requiere estar más pendientes de las finanzas personales para evitar complicaciones y dolores de cabeza posteriores por tener un alto nivel de endeudamiento y menos ingresos, según especialistas en estos temas.
Al respecto, José Canto, asesor financiero personal, plantea dos cuestiones: que aquellas personas que están totalmente copadas en deudas, casi sin opción o posibilidad de salir adelante, no se preocuparon por sus finanzas personales; y que la crisis (por el COVID-19) ha significado una presión tan grande sobre las personas, que han tenido que recurrir a mecanismos de endeudamiento.
¿Qué hacer ante estas realidades? ¿Se puede salir a flote? Canto dice que sí. “No se debe perder la esperanza. No se deben perder los intentos por salir adelante”, comenta.
Números y visión realista
Cuando las deudas asfixian, hay que ponerse manos a la obra para buscar alternativas de solución. El presidente del Colegio de Economistas de Panamá recomienda: hacer un presupuesto familiar y priorizar gastos.
“Cada familia tendrá que ser muy eficiente en lo que va a comprar. Ahora mismo no estamos para fiestas. Necesitamos un presupuesto que esté acorde con lo que necesitamos (alimentación, medicamentos, educación)”, agrega Moreno.
El asesor financiero Canto recomienda: hacer un cuadro realista de “cómo estoy con mis deudas”. Esto implica pensar y llevar un registro sobre a quién le debo, cuánto le debo, cómo le pago (o cómo le pagaba), cuánto es mi atraso y cuál es mi posibilidad real de hacer algo para pagar esas deudas.
Por ejemplo, explica Canto, una persona con muchas deudas y bajos o nulos ingresos puede pensar si tiene alguna propiedad o algún bien que pueda vender o que le sirva para decirle al banco que lo utilice como parte de un acuerdo.
“Lo más importante es ir a hablar al banco para ver en qué medida es posible acogerse a la moratoria bancaria. Teniendo siempre presente que la moratoria no significa que se elimina o se disminuye la deuda, sino que se prorratea”, señala Canto.
Adicionalmente, desde ya hay que ir pensando que cuando se normalice la situación, hay que pagar las deudas en función del compromiso que asumí durante la moratoria. Entonces, hay que pensar en un plan hacia esa dirección, indica el consultor.
Y, finalmente, explica Canto, hay que “usar con inteligencia los pocos recursos que tengo”. Esto significa que, probablemente, los hijos no podrán estar en una escuela privada o que tenga que cortar el servicio de televisión por cable. Se trata de encontrar los mecanismos para ahorrar dinero, añade.
En medio de todo este proceso es importante el diálogo familiar, que incluya −incluso− a los hijos que también pueden poner de su parte para ahorrar dinero en casa, concluye el asesor financiero.