Repetición: Jelou!
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En una reciente entrevista, la actriz británica, recordada por interpretar a la profesora Pomona Sprout en Harry Potter, volvió a ser tendencia tras contar una experiencia sumamente desagradable con Arnold Schwarzenegger durante el rodaje de El fin de los días (1999). La anécdota, según informó Variety, no solo revela un comportamiento polémico del famoso actor, sino que también deja entrever la tensión que existía entre ambos fuera de cámara.
Margolyes interpretaba a Mabel, una asistente de Satanás, en este thriller sobrenatural dirigido por Peter Hyams. Durante una de las escenas más intensas, en la que su personaje yace en el suelo tras ser asesinado, ocurrió un hecho que la actriz jamás olvidaría. Según relató: “Estaba en el piso, sin poder moverme por la toma, y Arnold deliberadamente se tiró un pedo en mi cara”. La actriz aseguró que el gesto fue totalmente intencional y fuera del guion, lo que la dejó furiosa y sin posibilidad de escapar de la incómoda situación.
“Es demasiado engreído”, declaró Miriam Margolyes, tajante, según recogió Variety. Y no fue solo ese acto el que la molestó. Su desagrado hacia Schwarzenegger también tiene un componente ideológico: “Es republicano, y eso tampoco me gusta”, añadió.
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Lejos de haber limado asperezas con el paso del tiempo, la actriz británica ha mantenido su postura crítica hacia el actor austríaco. En otra entrevista con Reader’s Digest, Margolyes revivió el episodio y aseguró que no dudó en gritarle a Schwarzenegger en plena grabación. Esta franqueza, que se ha convertido en su sello personal, también se refleja en sus opiniones sobre la industria y su experiencia con la saga Harry Potter. Sobre los fans de la franquicia, por ejemplo, no tuvo reparos en decir que deberían “madurar” y dejar atrás la historia, la cual considera cosa del pasado.
El fin de los días fue un thriller con tintes apocalípticos que recaudó alrededor de 212 millones de dólares a nivel mundial. En la cinta, Schwarzenegger interpretó a un exdetective enfrentado al mismísimo Satanás en la víspera del año 2000, mientras que Margolyes tuvo un papel secundario pero memorable, con una impactante escena en la que una mesa de cristal le corta la garganta. A pesar del éxito comercial, para Margolyes la experiencia dejó un mal sabor, marcado por lo que ella considera un comportamiento inaceptable de su coprotagonista.
A lo largo de su carrera, Margolyes ha destacado por decir lo que piensa, incluso si eso implica incomodar a figuras icónicas del cine. Su actitud transparente la ha convertido en una figura respetada y, al mismo tiempo, en una fuente constante de titulares. En un mundo donde muchos prefieren mantener las apariencias, ella se ha encargado de abrir la puerta a conversaciones incómodas, revelando que incluso en las grandes producciones, el respeto en el set no siempre está garantizado.
Su relato no es solo una anécdota escandalosa, sino también un recordatorio de que la fama no debería justificar actitudes cuestionables, ni siquiera cuando provienen de un nombre tan grande como Arnold Schwarzenegger.