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Denzel Washington, ícono de Hollywood, protagonizó una jornada inolvidable durante el estreno de su nueva película Highest 2 Lowest, donde pasó de una confrontación con un fotógrafo en la alfombra roja a recibir la ovación más alta del festival: la Palma de Oro honoraria.
Todo comenzó cuando Denzel, de 70 años, caminaba junto a su coprotagonista A$AP Rocky y el director Spike Lee, con quien colabora nuevamente tras casi dos décadas. La atmósfera era festiva, hasta que algo alteró la calma.
Mientras hablaba con Rocky, una fila de fotógrafos buscaba captar su atención. En medio del bullicio, uno de ellos lo tomó del brazo, un gesto que no fue bien recibido por el actor. En una grabación del momento, se puede ver cómo Denzel se aproxima al fotógrafo, lo señala con firmeza y le dice: “¡Para, para!”, antes de apartar su brazo y alejarse visiblemente molesto.
El fotógrafo, lejos de intimidarse, sonrió y sostuvo la mirada, lo que aumentó la tensión del momento. Aunque no pasó a mayores, fue evidente que el actor consideró inapropiado el contacto físico. Su gesto fue interpretado como una defensa clara de sus límites personales, algo que ha caracterizado su comportamiento durante toda su carrera.
Pero el mal rato no logró opacar la verdadera razón por la que Denzel Washington estaba en Cannes: presentar su nuevo trabajo cinematográfico junto a Spike Lee y recibir, sin saberlo, uno de los mayores honores del festival.
Ya dentro de la sala, las ovaciones no se hicieron esperar. El público se puso de pie no solo por la película, sino por lo que estaba a punto de ocurrir. Spike Lee, su amigo y colaborador de toda la vida, subió al escenario y sorprendió al actor con la Palma de Oro honoraria, un reconocimiento reservado para figuras legendarias del cine. Solo 21 personas lo han recibido antes, entre ellas Robert De Niro, galardonado días antes en esta misma edición del festival.
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Conmovido hasta las lágrimas, Denzel agradeció al público con una humildad desarmante. “Esto es una sorpresa total para mí, así que estoy emocionado. Es una gran oportunidad de colaborar de nuevo con mi hermano, hermano de otra madre, y de estar aquí de nuevo en Cannes”, dijo frente a una audiencia conmovida.
“Somos un grupo muy privilegiado en esta sala, ya que podemos hacer películas, usar esmóquines, ropa elegante, vestirnos elegantemente y, además, cobrar por ello. Estamos inmensamente bendecidos”, añadió. “Estoy inmensamente bendecido. De corazón, les agradezco a todos”.
“Fue una velada fantástica”, dice su representante. Pese al incidente inicial, el equipo de Denzel quiso dejar claro que la experiencia fue positiva de principio a fin. En un comunicado del 20 de mayo, su representante declaró a E! News: “Fue una velada fantástica”.
Este contraste entre la tensión pública y el reconocimiento íntimo marcó una jornada inolvidable en la carrera del actor. Washington no solo brilló por su talento, sino también por su humanidad, al mostrar que, incluso tras décadas de fama, sigue defendiendo su espacio y se emociona como si fuera su primera vez sobre el escenario.