Jennifer Aniston revela cómo enfrentó su fobia a volar en avión
Detrás de la sonrisa que marcó a toda una generación como Rachel Green en Friends, la actriz ha lidiado en silencio con una ansiedad que condicionó su vida: el miedo a los aviones.
La estrella de Hollywood, Jennifer Aniston, acostumbrada a los reflectores y alfombras rojas, confesó recientemente que durante años vivió prisionera de esta fobia, y que fue una experiencia poco común, vivida en pleno vuelo, la que comenzó a cambiar su percepción.
En una entrevista concedida a Cosmopolitan, Aniston habló abiertamente sobre la aerofobia que la acompañó durante gran parte de su trayectoria. “Desde joven, el simple hecho de subir a un avión me generaba una angustia paralizante”, reveló. Aunque parecía moverse con soltura entre rodajes internacionales y compromisos globales, por dentro había una lucha constante.
Su historia, sin embargo, no es única. Celebridades como Nicole Kidman (fobia a las mariposas), Adele (ansiedad escénica) o Scarlett Johansson (pánico a las cucarachas) han demostrado que los temores irracionales no distinguen entre famosos y anónimos. La aerofobia, en particular, afecta a millones de personas y puede tener un fuerte impacto en la vida cotidiana.
Jennifer Aniston probó de todo: “El miedo me acompañaba desde hacía años. Había probado incluso la hipnosis”, contó en una antigua entrevista en el Rosie O’Donnell Show. Ni la psicoterapia ni los métodos alternativos ofrecieron resultados permanentes. Pero fue en 1997, durante un vuelo aparentemente común, cuando vivió un episodio revelador. En un momento de ansiedad, se acercó a la cabina y preguntó con total honestidad: “¿Va todo bien con el avión?”. La tripulación, lejos de minimizar su inquietud, le ofreció la oportunidad de presenciar el aterrizaje desde la cabina del piloto. “Fue increíble. Ver cómo todo se coordinaba desde ahí me dio una sensación de control. Fue terapéutico”, confesó.
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Esa escena, más cercana a una película que a la vida real, marcó un punto de inflexión para la actriz. Si bien no eliminó por completo su fobia, logró reducirla significativamente y le permitió volver a volar con mayor confianza.
Sin embargo, en 2019, un aterrizaje de emergencia durante un vuelo con destino a unas vacaciones reactivó el temor. Aniston reconoció que esa experiencia fue un retroceso emocional. “Cuando crees que lo superaste, algo así te recuerda que el miedo nunca desaparece del todo”, expresó.
Jennifer Aniston, cuya carrera ha sido sinónimo de resiliencia y reinvención, desde Marley & Me hasta The Morning Show, es también una voz cada vez más firme en temas de salud mental. Su testimonio sobre la aerofobia rompe con el mito de que el éxito o la fama blindan contra las luchas internas. “Hay cosas que ningún premio ni cheque arreglan. Hablar de ello ya es un paso”, parece decir entre líneas.
Más que un dato curioso sobre una celebridad, su historia resalta la importancia de visibilizar el impacto real de las fobias y cómo pueden interferir incluso en las trayectorias más brillantes. Jennifer Aniston no solo voló, sino que decidió contar cómo aprendió a hacerlo con miedo, y ese gesto, vulnerable y valiente, es quizás uno de los más poderosos de su carrera.