'Si tuviera 30': el vestido perdido, final reescrito y un Mark Ruffalo que casi abandona la película
A 21 años de su estreno, (13 Going on 30) sigue siendo mucho más que una comedia romántica de los 2000.
La película dirigida por Gary Winick y protagonizada por Jennifer Garner y Mark Ruffalo se ha convertido en un referente emocional y estético, replicado en redes sociales, reinterpretado en musicales y citado como inspiración por una nueva generación de cineastas. Pero lo que muchos desconocen es que este ícono del cine pop pudo haber tenido un destino muy distinto: desde un final completamente diferente hasta una escena icónica que casi hace que su actor principal renunciara al rodaje.
Desde el primer borrador del guion, los productores sabían que Jennifer Garner era la pieza clave para dar vida a Jenna Rink, la adolescente atrapada en el cuerpo de una mujer de 30 años. “Siempre fue nuestra primera elección”, afirmó Todd Garner, productor ejecutivo, en una entrevista con Cosmopolitan. Sin embargo, el rodaje tuvo que esperar casi un año debido a su compromiso con la serie Alias.
El tiempo extra valió la pena. Su naturalidad, carisma y calidez conquistaron no solo al público, sino también al equipo de producción. “En la primera semana ya se sabía el nombre de todos los del equipo”, recordó la diseñadora de vestuario Susie DeSanto. Esa humanidad fuera de cámara fue crucial para un personaje que necesitaba ser creíble como una niña en cuerpo de adulta.
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Si hay una secuencia que define Si tuviera 30, es la coreografía de “Thriller” en medio de una fiesta sofisticada. Pero ese momento, ahora celebrado como uno de los grandes hitos del cine de los 2000, estuvo a punto de no ocurrir. ¿La razón? Mark Ruffalo casi se baja del proyecto cuando supo que debía bailar frente a cámara.
“Mark pasó de estar en shock a completamente callado”, recordó Jennifer Garner con humor durante su discurso en el Paseo de la Fama del actor. La actriz confesó que Ruffalo se sintió tan fuera de lugar durante los ensayos que consideró abandonar la producción. “Judy [Greer] y yo fuimos bailarinas cuando éramos niñas, y él no lo sabía. La pasó tan mal que casi se va del proyecto”, añadió en theSkimm.
Los productores también enfrentaron un reto legal para usar la canción de Michael Jackson. “Licenciar ‘Thriller’ era muy complicado en ese momento por cuestiones legales y mediáticas”, explicó el supervisor musical John Houlihan. Aun así, la escena fue incluida y se convirtió en uno de los momentos más memorables de la película.
El desenlace de Si tuviera 30, con Jenna y Matt saliendo casados de su casa rosa ideal, no estaba en el guion original. En realidad, el primer final tenía a los protagonistas adultos corriendo y transformándose en niños sobre un castillo inflable, cerrando el círculo con la fiesta infantil del comienzo. “Era muy infantil y Jenna estaba horrorizada”, explicó el guionista Josh Goldsmith.
Sin embargo, durante la edición, surgió la idea de usar la casa de los sueños de Jenna como símbolo del cierre. El editor Plummy Tucker Littenberg relató que propuso cortar directamente de los personajes jóvenes corriendo por la escalera a la escena final del arroz en la puerta, lo que terminó siendo el corte definitivo.
Incluso la música cambió en el último momento. Aunque originalmente se pensó usar You’re My Best Friend de Queen, finalmente se optó por una versión instrumental de Crazy for You de Madonna, reforzando el tono romántico y nostálgico.
El icónico vestido de rayas multicolores que Jenna usa durante la coreografía se convirtió en un símbolo de la película. Pero sorprendentemente, la prenda desapareció. “No me quedé con ninguna prenda de esa película”, confesó Garner. “El vestido volvió al almacén y apareció siendo usado por una extra en Sex and the City. Luego desapareció. Nadie sabe dónde está”.
A pesar del misterio, el diseño renació como disfraz recurrente en TikTok, fiestas temáticas y recreaciones virales, consolidando su lugar como uno de los vestuarios más recordados del cine pop moderno.
Más que una historia sobre madurar, Si tuviera 30 sigue conectando con audiencias por su mensaje sobre autenticidad, amistad y segundas oportunidades. Su éxito no solo se mide en taquilla (casi 100 millones de dólares), sino en el cariño persistente del público, que ha mantenido vivo su espíritu a través de los años.
Actualmente, se trabaja en una adaptación teatral de la película, otra señal del impacto cultural que sigue teniendo. Como pocas comedias románticas, logró trascender su tiempo para convertirse en un referente sentimental, visual y emocional.
Y todo esto, con una actriz que esperaron un año, un actor que casi renuncia por miedo a bailar y un vestido que, hasta hoy, nadie sabe dónde está.