Tom Holland revela cómo vive con TDAH y dislexia: la otra cara del actor detrás de Spiderman

Tom Holland fue diagnosticado con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y dislexia. A sus 29 años, el actor británico explicó cómo estas condiciones han impactado su día a día y, al mismo tiempo, se convirtieron en herramientas para potenciar su creatividad y consolidar su carrera artística.

Holland fue diagnosticado con dislexia a los siete años, un momento que cambió la manera en que sus padres decidieron apoyarlo. Consciente de que requería un entorno escolar adaptado a sus necesidades, su familia lo inscribió en una escuela privada, donde recibió atención especializada. Esto le permitió afrontar con mejores herramientas las dificultades en lectura y escritura que acompañan a esta condición.

Aunque el camino no fue fácil, el joven Tom encontró en el baile, el teatro y posteriormente en el cine un espacio para expresarse y descubrir su talento. La disciplina del arte le brindó la confianza que en ocasiones le costaba encontrar en lo académico.

“Tengo TDAH y soy disléxico, y a veces cuando alguien me da un lienzo en blanco puede resultar algo intimidante… cualquier forma de juego o actividad creativa que te obliga a pensar fuera de la caja promueve una creatividad saludable”, confesó el actor en diálogo con IGN.

Lejos de considerar estas condiciones como limitantes, Holland aseguró que el TDAH y la dislexia le han dado una perspectiva distinta del mundo. Su manera de procesar ideas y de enfrentarse a proyectos lo ha llevado a aprovechar lo que otros podrían considerar una desventaja.

“Cualquier forma en la que, como joven o como adulto, puedas interactuar con algo que te obligue a ser creativo y a pensar fuera de lo común, y a hacer cambios que estén o no en un manual de instrucciones, promueve una creatividad saludable. Y creo que cuanto más hagamos ese tipo de cosas, mejor”, agregó.

Para el intérprete británico, la actuación no solo es un oficio, sino también un medio terapéutico que le ha permitido canalizar su energía y su concentración. En los escenarios y frente a las cámaras encontró un espacio donde sus diferencias no solo son aceptadas, sino que también se convierten en ventajas.

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Antes de convertirse en una de las figuras más queridas de Marvel, Holland se formó en danza y teatro musical en Londres. Su talento lo llevó a debutar a los 12 años en la obra Billy Elliot: The Musical, un papel que le abrió las puertas del mundo artístico y lo preparó para una carrera que pronto daría un salto internacional.

En 2015 fue seleccionado para interpretar a Peter Parker, un rol que lo transformó en ídolo de millones de fanáticos alrededor del mundo. Desde entonces, ha trabajado en franquicias de gran presupuesto y también en producciones más pequeñas como Cherry (2021), además de protagonizar Uncharted (2022), que consolidó su versatilidad como actor.

La confesión de Holland ha sido recibida como un gesto de valentía, pues visibiliza realidades que a menudo permanecen en silencio. El actor demuestra que vivir con TDAH y dislexia no significa estar en desventaja, sino que, con el acompañamiento adecuado, se puede convertir en un motor de crecimiento personal y profesional.

Su historia invita a reflexionar sobre la importancia de la inclusión y del apoyo educativo temprano para los niños diagnosticados con estas condiciones. Asimismo, subraya que la creatividad, la disciplina y la perseverancia son herramientas poderosas para transformar los obstáculos en oportunidades.

Tom Holland no solo es Spider-Man en la pantalla, sino también un ejemplo fuera de ella. Con sus palabras, recuerda que la diferencia puede ser la clave para destacar en un mundo que exige innovación y resiliencia.