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Aunque muchas personas creen que tomar un medicamento basta para que haga efecto, la evidencia científica demuestra que la hora de administración influye directamente en su eficacia y en la probabilidad de presentar efectos adversos. Esta perspectiva corresponde a un campo en expansión: la cronofarmacología.
La cronofarmacología estudia cómo los fármacos actúan de manera diferente según los ritmos biológicos del cuerpo. Estos ritmos están controlados por un “reloj central” ubicado en el núcleo supraquiasmático del cerebro y regulan funciones que se repiten de forma cíclica a lo largo del día, como la secreción hormonal, la presión arterial y la actividad del sistema inmune.
Los ciclos biológicos se clasifican en tres tipos: circadianos, que ocurren cada 24 horas (como la producción de cortisol o estrógenos); infradianos, que tienen una duración mayor a 24 horas (como el ciclo menstrual); y ultradianos, que se repiten en menos de 24 horas, como la frecuencia cardiaca.
Esta organización interna es tan poderosa que determina cómo el organismo absorbe, distribuye, metaboliza y elimina los medicamentos procesos agrupados bajo el término farmacocinética, así como la forma en que estos actúan sobre su “diana terapéutica”, lo que conocemos como farmacodinamia. En palabras simples: no es lo mismo tomar un medicamento por la mañana que por la noche, y esa diferencia puede cambiar completamente los resultados del tratamiento.
Uno de los campos donde más se ha demostrado este impacto es en la hipertensión arterial. Diversos ensayos clínicos han comprobado que tomar al menos uno de los antihipertensivos en la noche, en lugar de hacerlo todo en la mañana, reduce significativamente el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares. El estudio MAPEC, realizado en 2010 con más de 2.000 pacientes, fue uno de los primeros en confirmarlo.
Algo similar ocurre con las estatinas de vida media corta, como la simvastatina. Dado que el hígado produce más colesterol durante la noche, tomarlas antes de dormir mejora su capacidad para reducir los niveles de lípidos en sangre.
Los corticosteroides también muestran variaciones importantes según la hora de administración. Cuando se administran en la mañana, coincidiendo con el pico natural de cortisol, se reducen efectos secundarios. Además, el estudio CAPRA-1 demostró que, para pacientes con artritis reumatoide, una formulación de liberación retardada tomada por la noche disminuía significativamente el dolor matutino.
Incluso la quimioterapia ha mostrado beneficios al ajustarse al reloj biológico. En cáncer colorrectal, administrar medicamentos como el oxaliplatino en horas específicas mejora la tolerancia y reduce efectos tóxicos, debido a los ritmos diarios en la proliferación celular y en la actividad de enzimas involucradas en el metabolismo del fármaco.
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El asma es otro ejemplo claro: los síntomas suelen empeorar de noche, por lo que adecuar los broncodilatadores o corticosteroides inhalados puede mejorar el control de la enfermedad.
Las vacunas también responden a los ritmos circadianos. Un estudio en Vaccine demostró que los adultos mayores vacunados contra la gripe en la mañana desarrollaron una respuesta inmunológica más fuerte que quienes fueron vacunados en la tarde. Resultados similares se observaron con las vacunas contra hepatitis A y covid-19, especialmente en personas mayores o con inmunidad comprometida. Esto se explica porque células clave como los linfocitos T tienen mayor actividad en ciertos momentos del día.
Además de mejorar la efectividad, adaptar los tratamientos a los ritmos biológicos ayuda a reducir reacciones adversas y promueve un uso racional de los medicamentos, evitando dosis innecesarias y optimizando resultados terapéuticos.
Aunque la cronofarmacología aún es joven, su potencial apunta hacia una medicina más personalizada, una en la que no solo importa qué fármaco se prescribe, sino cuándo se toma. La próxima vez que un profesional de salud indique una hora específica para su medicación, no lo vea como un simple detalle: puede ser la clave para que su tratamiento funcione mejor y con menos riesgos.