Michael Jackson compró un Óscar histórico por 1,5 millones y nadie sabe dónde está

El legendario artista no solo fue un ícono musical sin comparación: también fue un coleccionista apasionado del universo de Hollywood.

Michael Jackson
Michael Jackson / AFP

En 1999, el mundo del espectáculo presenció una de las anécdotas más extravagantes de su historia: Jackson pagó 1,5 millones de dólares por un premio Ósca que nunca ganó.

Sí, lo compró. Y no cualquier estatuilla, sino la que en 1940 recibió “Lo que el viento se llevó” como Mejor Película, una joya cinematográfica producida por David O. Selznick que se convirtió en símbolo de la edad dorada de Hollywood. La noticia, confirmada por Far Out en un informe de Swapnil Dhruv Bose, volvió a circular este año con más fuerza que nunca por un detalle inquietante: la estatuilla está desaparecida.

Aunque Jackson fue un coloso de la música, siempre soñó con conquistar la gran pantalla. Inspirado en figuras como Elvis Presley, intentó impulsar su carrera actoral en varias ocasiones, aunque sin lograr consolidarse en ese terreno. Según reconoció en distintas entrevistas a lo largo de su vida recuperadas por Far Out, sus compromisos artísticos, las giras y la intensidad de su agenda mundial le impidieron dar ese salto.

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La escena fue digna de una película. Durante una subasta organizada por Sotheby’s en 1999, Michael Jackson sorprendió al mundo ofreciendo 1,5 millones de dólares cinco veces más del valor estimado por una estatuilla original de los premios de la Academia.

Lo curioso es que la transacción fue legal, a pesar de que la Academia prohíbe desde 1950 que los premios Óscar sean vendidos sin ofrecerlos primero por un dólar simbólico a la institución. Pero el premio en cuestión entregado en 1940 fue anterior a esa norma. Y Jackson, siempre atento a los detalles, lo sabía. “No hubo espacio para otros competidores. Michael simplemente decidió que ese trofeo debía ser suyo”, cita el artículo de Far Out.

Así, el Rey del Pop no solo rompió un récord de precio en subastas de Óscars, sino que reforzó su imagen como coleccionista de reliquias culturales. El Óscar pasó a formar parte de su colección privada, que incluía desde objetos de Disney hasta artículos históricos del cine y la realeza.

Tras la muerte de Michael Jackson en 2009, su patrimonio fue revisado y organizado por albaceas legales. Pero uno de los objetos más valiosos estaba ausente: la estatuilla dorada simplemente había desaparecido.

Howard Weitzman, abogado de la familia Jackson, hizo un llamado público en su momento: “Si alguien tiene la estatuilla del Óscar que compró Michael, por favor devuélvala a sus hijos. Tiene un valor afectivo incalculable para ellos”. La petición cayó en el silencio. Hasta el día de hoy, nadie sabe dónde está el Óscar que alguna vez perteneció a Michael Jackson.

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