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La expectativa mundial llegó a su punto más alto con la coronación de Miss México, Fátima Bosch, ganadora de Miss Universo 2025.
Desde el Impact Arena de Pak Kret, en Tailandia, más de 120 candidatas esperaron convertirse en la sucesora de Victoria Kjær Theilvig, quien hasta este año había sido soberana de la belleza global. El evento marcó el cierre de semanas de competencia en las que las representantes demostraron su carisma, presencia escénica y habilidades comunicativas frente al jurado calificador.
Como es tradición, la gala incluyó los desfiles en traje de baño, vestido de gala y la siempre decisiva ronda de preguntas, considerada uno de los momentos más determinantes por su capacidad de evidenciar preparación, criterio y manejo de la presión en vivo.
Aunque muchos fanáticos del concurso centran su atención en la espectacular corona valorada en cerca de 5 millones de dólares, el premio principal para la nueva Miss Universo incluye una serie de beneficios económicos y profesionales que convierten al título en una plataforma privilegiada para impulsar carreras globales.
Si bien la organización aún no ha comunicado los premios oficiales correspondientes a la edición 2025, los beneficios otorgados a Victoria Kjær Theilvig en 2024 sirven como referencia sólida de lo que podría recibir la nueva reina.
Estos fueron los beneficios otorgados el año pasado:
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De acuerdo con estos parámetros, Fátima Bosch, Miss Universo 2025, podría recibir un paquete de premios muy similar, que supera ampliamente los ingresos tradicionales de figuras emergentes en la industria del entretenimiento y la moda.
Más allá de los beneficios materiales, Miss Universo continúa consolidándose como una plataforma profesional que abre puertas en medios internacionales, proyectos humanitarios y colaboraciones con marcas de alto impacto. El título es considerado una distinción que catapulta carreras completas, tal como lo han demostrado reinas anteriores que aprovecharon el reinado para desarrollarse en cine, moda, diplomacia cultural o activismo.
Para Victoria Kjær Theilvig, por ejemplo, su año como soberana significó un ascenso notable en la industria del entretenimiento y una multiplicación de oportunidades profesionales. El reto ahora será para Fátima Bosch: sostener el legado y convertirse en embajadora de causas globales.
El certamen de 2025 ha despertado interés especial por el alto nivel de las participantes, especialmente tras la presentación del Traje Típico, donde algunas delegadas destacaron por su creatividad, ejecución y narrativa cultural.
Estas candidatas se han posicionado como fuertes aspirantes por su presencia escénica, desempeño técnico y conexión con la audiencia mundial.