Los Obama celebran la graduación y cumpleaños de sus hijas
El presidente de EE.UU., Barack Obama, y su esposa, Michelle, celebraron hoy la graduación de su hija mayor, Malia, que terminó el instituto y se tomará un año sabático antes de ingresar en Harvard, y el cumpleaños número 15 de la pequeña de la familia, Sasha.
Malia, de 17 años, se graduó en el exclusivo colegio privado Sidwell Friends, situado en el noreste de Washington y donde ha estudiado junto a su hermana desde que la familia se mudó a la Casa Blanca en 2009.
En ese mismo colegio estudió Chelsea Clinton, la hija de Bill y Hillary Clinton.
La ceremonia de hoy fue privada, pero en la página de Facebook del colegio se puede ver la foto de familia de los recién graduados, entre ellos Malia, vestida de blanco como la mayoría de sus compañeras.
El presidente Obama ya había anticipado que no quería intervenir ni tener ningún protagonismo en la ceremonia, por miedo a "llorar demasiado" y "avergonzar" a su hija.
Después de la ceremonia, la familia se desplazó a un restaurante italiano situado en el barrio de Georgetown para celebrar la graduación de Malia y los 15 años de Sasha.
En marzo pasado, durante un viaje a Milwaukee (Wisconsin), Obama adelantó que los planes de la familia son quedarse en Washington cuando dejen la Casa Blanca el próximo enero para que Sasha pueda terminar la educación secundaria.
"Transferir a alguien en medio de la escuela secundaria es duro", comentó entonces Obama.
En principio, la familia planea vivir de alquiler en una mansión de nueve habitaciones en el exclusivo barrio de Kalorama, situado en el noroeste de Washington, cerca del parque Rock Creek y hogar de varios embajadores acreditados en EE.UU., entre ellos el francés y el de la Unión Europea (UE).
Malia Obama, que cumplirá 18 años el próximo mes, se incorporará a la Universidad de Harvard en otoño de 2017 y nada se sabe todavía de sus planes para el año sabático que piensa tomarse.
En una entrevista con el programa de Jimmy Fallon de la cadena NBC emitida este jueves, Obama comentó, entre risas, que es "un poco deprimente" quedarse en Washington cuando deje la Casa Blanca y dijo que parecerá como "un hombre viejo en una discoteca".
Al hablar de sus hijas, se deshizo en elogios, como de costumbre: "Ellas son inteligentes y divertidas, pero lo más importante es que son buenas", destacó.