Diputada impulsa 'comisión de la verdad' sobre monumentos en Sao Paulo
La diputada regional de Sao Paulo Erica Malunguinho sabe que no es posible eliminar la historia esclavista de Brasil, pero sí elegir desde qué óptica contarla: "la de los verdugos o la de quienes lucharon contra la violencia".
En la estela de las protestas antirracistas en Estados Unidos, que impulsaron el derribo de monumentos de figuras vinculadas a la esclavitud y el colonialismo, esta educadora negra de 38 años, primera representante trans en la Asamblea Legislativa de Sao Paulo, propone crear una comisión para revisar los monumentos, los nombres de avenidas, escuelas y edificios públicos del estado más poblado de Brasil.
"La esclavitud fue un régimen cruel que dejó marcas profundas, que todavía no fueron curadas. Precisamos hacer una revisión de esa historia. Colocar esas esculturas y esos nombres en su debido lugar, que son los museos, o en un ambiente en el que pueda haber una explicación sobre ese momento triste" de la historia, defiende Malunguinho.
"Para que haya igualdad es necesaria una reparación y para eso es necesario contar nuevamente la historia", afirma la diputada del partido Socialismo y Libertad (PSOL), el mismo de la concejal negra de Rio de Janeiro Marielle Franco, asesinada en 2018.
La tarea se anuncia intensa. Brasil fue, en 1888, el último país de América en abolir la esclavitud, más de seis décadas después de haberse independizado de Portugal.
Y la gran mayoría de los descendientes de los casi cinco millones de africanos trasladados a estas tierras a lo largo de tres siglos (casi la mitad del total de los enviados a América), así como los de los indígenas americanos esclavizados, siguen relegados a la base de la pirámide social.
"La ciudad es un espacio educador (...) No estoy pidiendo que haya una retirada generalizada de monumentos, nombres de calles o edificios, sino que se cree una comisión calificada, con historiadores, museólogos, sociedad civil, para que haya un debate y se decida cuál es el mejor destino" para esos elementos.
"Una especie de comisión de la verdad patrimonial", explica.
Bandeirantes en la mira
Candidatos a ser examinados, por ejemplo, son los múltiples homenajes a los Bandeirantes, expedicionarios que desde el siglo XVI penetraron en el interior de Brasil -y otras regiones de América- en busca de riquezas minerales y de indígenas para venderlos como esclavos en las minas y plantaciones.
Estos personajes fueron siglos más tarde ensalzados por la élite local, que pasó a retratarlos como "nobles exploradores" y padres fundadores de la región, estampando sus nombres en calles, plazas, monumentos y edificios públicos, incluida la sede del gobierno de Sao Paulo.
La ley propuesta por Malunguinho busca que la ciudad "no reincida en la práctica de homenajes a personas ligadas a violencias esclavistas, tanto del pueblo indígena como de la población negra".
A quienes critican este tipo de iniciativas por considerar que buscan "borrar" la historia, Malunguinho responde: "La historia no se borra, pero podemos encontrar otras formas de narrarla. Puedes elegir contarla por la óptica de los verdugos o de quienes lucharon contra esas violencias".
Por eso, defiende homenajes para quienes lucharon por "la igualdad, por los derechos, por la emancipación". Batallas "que no implican procesos de dominación y violencia en relación al otro".
El proyecto, presentado el 20 de junio, está en manos de una comisión y podría ser sometido a votación en agosto, cuando la Asamblea de Sao Paulo retome sus actividades presenciales.
Sobre las chances de que su proyecto prospere en un parlamento de mayoría conservadora, blanco y masculino, Malunguinho prefiere no sentenciarlas en forma anticipada: "Veamos qué pasa".