Agenda regional de restauración forestal y biodiversidad se consolida en Centroamérica y el Caribe
Uno de los ejes centrales fue la participación de comunidades y pueblos indígenas, quienes compartieron sus visiones, prácticas ancestrales y formas de organización comunitaria.
Panamá/La restauración de ecosistemas y la protección de la biodiversidad ganan protagonismo en la agenda regional. Durante cuatro días, Panamá reunió a más de 600 participantes nacionales e internacionales, entre asistentes presenciales, virtuales y panelistas de alto nivel, quienes debatieron sobre los avances, desafíos y oportunidades en torno a la restauración forestal con un enfoque en la biodiversidad.
El encuentro, organizado por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) y el Ministerio de Ambiente de Panamá (MiAmbiente), puso de relieve que restaurar no es únicamente un acto ambiental, sino una estrategia de desarrollo sostenible, justicia territorial y resiliencia colectiva.
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Uno de los ejes centrales fue la participación de comunidades y pueblos indígenas, quienes compartieron sus visiones, prácticas ancestrales y formas de organización comunitaria. Casos como Ñurum (Panamá), Moskitia, Barra de Santiago y el Parque Internacional La Amistad (PILA) evidenciaron que el conocimiento tradicional no solo complementa la ciencia moderna, sino que la enriquece y la humaniza.
El sector privado también tuvo un papel destacado, presentando modelos de negocio que integran la restauración como eje estratégico y demuestran que restaurar puede ser rentable, ético y transformador. Los paneles sobre desertificación, restauración en zonas áridas y el enfoque “de Cuenca al Mar” remarcaron la urgencia de actuar de forma integral, conectando ecosistemas terrestres y marino-costeros frente al cambio climático.
La educación, la innovación y la investigación fueron resaltadas como pilares para escalar procesos de restauración sin perder el vínculo comunitario. Escuelas como la Mesoamericana de Liderazgo y la de Agroforestería Utz Che’ mostraron cómo se fortalecen los liderazgos juveniles y técnicos en los territorios. Asimismo, la bioeconomía emergió como un motor clave para vincular la conservación con el desarrollo económico sostenible.
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Uno de los anuncios más importantes fue el lanzamiento del Centro Regional de Biodiversidad de la CCAD, cuya sede estará en El Salvador. Este organismo brindará apoyo técnico y científico a siete países de la región para avanzar en sus estrategias nacionales de biodiversidad, marcando un hito en la cooperación regional.
Para Carlos Espinosa Peña, director forestal de MiAmbiente, este evento deja una enseñanza clara: “Este congreso demuestra que restaurar nuestros ecosistemas no es un esfuerzo aislado, es una tarea colectiva que se construye desde los territorios, desde la ciencia, desde el conocimiento ancestral y también desde la voluntad política. Panamá ha demostrado que es posible articular todos estos sectores en una sola visión de futuro”.
El cierre incluyó visitas técnicas a proyectos modelo en Panamá: Agua Salud en Colón, que estudia la relación entre bosques, agua y servicios ecosistémicos, y Futuro Forestal en Darién, un referente en restauración productiva y bioeconomía, que integra conservación con modelos de negocio sostenibles.
Además, la clausura reunió a ministras y ministros de ambiente, quienes coincidieron en que “la naturaleza no reconoce fronteras” y que solo mediante un trabajo conjunto es posible alcanzar soluciones sostenibles. La restauración, subrayaron, debe entenderse como una oportunidad para transformar realidades, generar bienestar y renovar la esperanza.