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Cada 8 de junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos, una fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas para crear conciencia sobre la importancia de los mares y promover su protección.
Pero, ¿cómo se encuentra Panamá en materia de contaminación de nuestros océanos?
Panamá es un país privilegiado por contar con dos océanos; sin embargo, cada año nuestros mares enfrentan amenazas cada vez más críticas debido a la contaminación por desechos sólidos y la gran cantidad de plásticos que llegan al mar.
Cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente revelan que, solo en nuestro país, se descargan anualmente al mar más de 102 mil toneladas de basura. De ese total, unas 61 mil toneladas provienen de zonas urbanas y otras 40 mil de áreas rurales.
La ambientalista Raisa Banfield destacó el deseo de todos de acudir a hermosas playas, pero lo poco que hacen para evitar acciones que afectan los océanos. Además, recordó que toda la contaminación de los afluentes regresa a los humanos por medio de los alimentos de mar que consumen.
Este domingo, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD) y un grupo de voluntarios de distintas organizaciones realizaron una jornada de limpieza en Panamá Viejo, donde se recolectaron toneladas de basura.
En ese sentido, Oviil Moreno, director de la AAUD, enfatizó que las personas deben aprender a hacer buena disposición de los desechos.
La contaminación por plástico no solo afecta a la fauna marina. Los corales que quedan cubiertos por plásticos enfrentan un mayor riesgo de enfermedades, estrés, blanqueamiento y muerte.
Se estima que, a nivel mundial, cada año mueren hasta un millón de aves y cerca de 100 mil mamíferos marinos por ingerir plásticos o quedar atrapados en estos desechos.
Los voluntarios que participaron de la jornada afirmaron que encontraron de todo tipo de desechos plásticos a orilla de la playa.
Los océanos cubren más del 70% de la superficie del planeta. Nos brindan oxígeno, alimento, equilibrio climático y vida. Si no los preservamos, podríamos enfrentar un colapso en la biodiversidad marina, pérdida de fuentes de alimento, aumento del nivel del mar, desastres naturales y contaminación en la cadena alimenticia.