Estudios de la UTP revelan potencial de los bosques urbanos y manglares para capturar carbono
Ciencia
Un equipo de investigadores de la Universidad Tecnológica de Panamá analizó el flujo de savia y la capacidad de almacenamiento de carbono en dos ecosistemas clave del país para desarrollar estrategias de conservación.
Ciudad de Panamá, Panamá/Investigadores del Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas (CIHH) de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) presentaron los resultados de dos proyectos científicos que estudiaron en profundidad los ecosistemas de manglar del Humedal Bahía de Panamá y el bosque húmedo tropical interurbano del Campus Metropolitano Dr. Víctor Levi Sasso.
Los estudios, titulados "Evaluación e interpretación del flujo de savia en un ecosistema de manglar: caso de estudio Bahía de Panamá" y "Estimación del flujo de CO2, vapor de agua y flujo de savia de un bosque húmedo tropical interurbano", fueron desarrollados por un equipo liderado por los doctores Reinhardt Pinzón y Nathalia Tejedor, investigadores del Laboratorio de Carbono del CIHH-UTP y miembros del Sistema Nacional de Investigación (SNI).
"Con estas investigaciones buscábamos entender el comportamiento de los ecosistemas de manglar y de bosque húmedo tropical interurbano, particularmente cómo reaccionan ante los efectos del cambio climático, con el propósito de salvaguardar y conservar estos importantes hábitats que brindan un sinnúmero de servicios ecosistémicos a la humanidad", explicó el Dr. Pinzón.
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Los investigadores realizaron un exhaustivo trabajo de campo que incluyó la delimitación e inventario de parcelas de bosque de una hectárea en cada sitio de estudio. Los resultados revelaron diferencias significativas en la composición de ambos ecosistemas:
En el área que rodea el Campus Metropolitano Dr. Víctor Levi Sasso se registraron 67 árboles inventariados, donde la especie predominante fue el Anacardium excelsum (Espavé), lo que evidencia la dominancia de esta especie nativa en el ecosistema urbano. Por otra parte, en el bosque de manglar de Juan Díaz se documentaron 336 árboles, distribuidos en dos especies principales:
- 140 ejemplares de Avicennia germinans (Mangle negro)
- 196 ejemplares de Avicennia bicolor (Mangle bicolor)
Esta distribución demuestra la mayor densidad arbórea característica de los ecosistemas de manglar y la coexistencia de especies adaptadas a condiciones salinas.
Para obtener información precisa sobre el funcionamiento de estos ecosistemas, los investigadores instalaron equipos especializados en ambos sitios de estudio.
"En ambos sitios instalamos sensores de flujo de savia y estaciones meteorológicas para levantar una base de datos del flujo de savia y de los datos meteorológicos. La información recabada nos ha permitido establecer una línea base para ambos ecosistemas, lo cual es fundamental para comprender su funcionamiento hidrológico y ecológico", señaló la Dra. Tejedor.
Importancia del flujo de savia
Los datos obtenidos permiten a los investigadores establecer parámetros de referencia sobre la dinámica del transporte de agua dentro de los árboles, información esencial para:
- Evaluar el estado fisiológico de los árboles
- Analizar su respuesta a cambios ambientales
- Determinar su papel en el ciclo del agua
"En el caso específico de los manglares, donde las condiciones salinas y de anegamiento influyen directamente en la transpiración, y en los bosques húmedos tropicales, donde la alta biodiversidad implica gran variabilidad funcional entre especies, contar con datos iniciales sólidos facilita la comparación temporal, la detección de alteraciones por impactos climáticos o antropológicos y el diseño de estrategias de conservación basadas en evidencia", indicó el Dr. Pinzón.
Capacidad de almacenamiento de carbono
Uno de los aspectos más relevantes de la investigación fue la evaluación de la capacidad de almacenamiento de carbono de estos ecosistemas. El riguroso inventario forestal realizado permitió generar información clave para la estimación de biomasa aérea, datos fundamentales para:
- Fortalecer el conocimiento sobre la capacidad de los bosques panameños para capturar carbono
- Contribuir a las estrategias nacionales de mitigación del cambio climático
- Desarrollar modelos robustos de conservación
Los investigadores destacan que este trabajo representa solo el primer paso en un proceso de investigación a largo plazo. "Si bien con estas investigaciones hemos logrado levantar una línea base de ambos ecosistemas, es indispensable continuar con las mediciones de flujos de savia y la realización de inventarios forestales, no solo para entender la estructura y composición de los bosques, sino también para generar modelos robustos que contribuyan a las estrategias nacionales de mitigación del cambio climático", concluyó la Dra. Tejedor.
Financiamiento y colaboraciones
Los proyectos fueron financiados por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) a través de la Convocatoria Pública de Fomento a I+D (FID) 2023, y administrados por el Centro de Estudios Multidisciplinarios en Ciencias, Ingeniería y Tecnología (Cemcit AIP).
En el desarrollo de las investigaciones participaron Ana Franco y Jaime González, junto con las estudiantes Isabella García, Mara Demarsan, Seshia Ortega y Yuheimy Castillo, de la UTP y la Universidad de Panamá. El proyecto también contó con la colaboración internacional del Dr. Francisco López, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha, España.