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Ciudad de Panamá, Panamá/América Latina y el Caribe se consolida como la segunda región del mundo más expuesta a desastres naturales, una situación agravada por la creciente frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos vinculados directamente al cambio climático. Este panorama urgente obliga a los gobiernos a repensar su estrategia, priorizando la inversión en prevención y reducción de riesgos sobre la mera reparación de daños post-tragedia.
El análisis se dio en el programa Radar, con la presencia de Nahuel Arenas, jefe regional de la oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Desastres (Undrr); Malixie Rivera, subdirectora del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) de Panamá; y José Donderis, exdirector del Sinaproc.
Nahuel Arenas, de la Undrr, destacó la alarmante estadística en la región: "Desde el año 2000 más o menos tenemos unos 90 registrados unos 90 fenómenos extremos desastres por año en América Latina y el Caribe". Agregó que la gran mayoría, el 90%, es de origen climático o hidrometeorológico. Arenas enfatizó el impacto económico de estos eventos, señalando que las pérdidas estimadas por el huracán Melissa "pueden llegar a unas pérdidas económicas que son del valor del PBI de Jamaica anual".
El especialista de la ONU remarcó que los desastres no son naturales, sino "por problemas del desarrollo", que surgen de "nuestras decisiones de desarrollo". Si las sociedades, por temas de ordenamiento territorial o deficiencia de infraestructura, ponen a las personas en exposición y vulnerabilidad, se generan los desastres.
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"Tenemos también cómo las tormentas pueden pasar en un muy poco tiempo, de 24 a 48 horas como fue Melissa la semana pasada de una tormenta a un huracán categoría 5. Entonces tenemos esa violencia que estamos experimentando, pero algo que quiero realmente un mensaje muy importante es que a nivel mundial hemos trabajado colectivamente en lograr una reducción en la mortalidad de los desastres. No así en la cantidad de personas que están afectadas y las pérdidas económicas".
Desde la perspectiva nacional, Malixie Rivera, subdirectora del Sinaproc, constató cómo la variabilidad climática se traduce en una mayor afectación a las comunidades. Recordó el caso de Tonosí, donde "el año pasado hubo afectación en algunas comunidades muy puntuales y este año estamos triplicando la cantidad de comunidades que se han visto afectadas".
Por su parte, el exdirector del Sinaproc, José Donderis, fue categórico al afirmar que la vulnerabilidad de Panamá se ha incrementado. Su "ecuación muy particular" para explicar el problema es: "agua, infraestructura y ordenamiento del territorio". Donderis señaló que el país es "mucho más vulnerable que probablemente los últimos 20 o 30 años" debido a una "infraestructura vulnerable que no puede manejar los caudales" y la falta de ordenamiento territorial en zonas de crecimiento demográfico, donde "vas a tener una inundación con mayor extensión y con mayor impacto".
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"Yo lo llevo a una ecuación muy particular: agua, infraestructura y ordenamiento del territorio. Para mí Panamá hoy en día es mucho más vulnerable que probablemente los últimos 20 o 30 años y obedece a varios factores, muchos sólo miran la variable climática, pero si nosotros buscamos el tema, que sí, podemos tener mayor intensidad en periodos cortos, pero tienes una infraestructura vulnerable que no puede manejar los caudales...".
Los expertos coincidieron en la necesidad de transformar la gestión del riesgo, pasando del rescate a la prevención. Arenas recalcó que, según estudios, "un dólar invertido en resiliencia de las infraestructuras nos ahorra cuatro dólares en reconstrucción". No obstante, lamentó que la región solo destine "el 1% para reducción de riesgo" del financiamiento de cooperación internacional para adaptación.
Donderis criticó la falta de medidas coercitivas para aplicar la normativa de riesgo y denunció que en Panamá no existe un "blindaje a las personas" que compran casas en zonas vulnerables. Además, hizo un llamado al fortalecimiento del Sinaproc:
"El Sinaproc sigue siendo una oficina del Ministerio de Gobierno y si no nos damos cuenta de que para poder generar un sistema fortalecido, el ente que está encomendado por la ley tiene que ser fortalecido... tú no puedes atacar un problema grande con poca logística, con recursos para ello", acotó Donderis.
Rivera puntualizó que el reto más grande del Sinaproc no es la respuesta a la emergencia, sino "organizar una comunidad, empoderarla de su gestión del riesgo de desastres".
Arenas concluyó que la solución requiere un enfoque de "toda la sociedad", creando una "cultura de la prevención" desde la niñez para que las personas "dejen de construir riesgo".
El mensaje de los tres expertos fue claro: el país necesita invertir más en reducir riesgos, planificar con visión de largo plazo y empoderar a las comunidades para enfrentar un clima cada vez más extremo. La prevención, coincidieron, es el único camino sostenible para proteger vidas y evitar pérdidas económicas mayores.
Esta nota fue hecha con la asistencia de una inteligencia artificial y revisada por un supervisor de información digital.