'La institucionalidad está diseñada para el abuso, no para resolverle los problemas a los ciudadanos'
Carlos Ernesto González, presidente del Movimiento Panamá Decide, que impulsa una nueva iniciativa que busca un cambio constitucional, dijo que desde la falta de agua en Panamá Oeste y la falta de impunidad en la administración de justicia forman parte de un mismo problema que nace de la institucionalidad que está mal diseñada, conducente al abuso de poder y la corrupción.
Para González, la institucionalidad está diseñada para el abuso, no para resolverle los problemas a los ciudadanos y las instituciones se cambian fundamentalmente en la Constitución. “Ninguno de los Órganos del Estado está funcionando para lo que deberían funcionar, tampoco están funcionando las instituciones de control y cuando nada funciona hay una crisis institucional y es lo que estamos viviendo”, sostuvo.
Destacó que intentar cambiar la constitución por la vía de las reformas es un modelo agotado, porque parte del problema de las reformas pasa por reformar la Asamblea Nacional que es infuncional, que también fomenta la corrupción y el abuso del poder. Además, las veces que se han presentado las reformas por la vía de la Asamblea no se ha tenido éxito, no hay manera de que se reformen a ellos mismos.
“Si no reformamos la Asamblea, no hacemos nada”, puntualizó González.
Dicho esto, aseguró que lo que queda es la constituyente solicitada por los ciudadanos que es una de las virtudes que tiene la Constitución.
“Los ciudadanos podemos llamar a una constituyente mediante la firma del 20% del padrón electoral, muy difícil porque es en seis meses, pero alguien tiene que iniciar el camino, y nosotros estamos sirviendo de vehículo para lograr eso”, manifestó.
González indicó que el diseño constitucional que genera los incentivos correctos termina funcionando de tal manera que los ciudadanos la apoyan, sin embargo, las normas en la Constitución panameña están de adorno porque el diseño de la arquitectura de poder no permite que se generen los incentivos apropiados, sino incentivos viciosos que generan corrupción.
También destacó que el diseño de la arquitectura de poder es autoritaria y eso impide que el sistema funcione de manera democrática con control ciudadano y este es un problema no solo de Panamá, sino de toda Latinoamérica.
Ante la elección de los constituyentes que levantarán lo que sería la nueva carta magna, González dijo que es un sistema donde se eligen constituyentes por la vía provincial en función de la población no por circuitos electorales, no hay debate de poder, no manejan fondos públicos, ni nombran a nadie.
“Lo difícil será que la gente salga a votar porque no hay el mismo incentivo clientelar que existe en una elección de diputados normal, que además está ligado a la elección presidencial, es un debate para ver quién controla el poder y acá no hay esto”, sostuvo.
Recordó que independientemente de lo que escriban los constituyentes, es el pueblo el que la vota en un referéndum. “El control de todo el proceso la tiene el ciudadano, hay riesgos, pero no hay manera de cambiar lo que tenemos sin correr esos riesgos”, señaló González.
Reiteró que el movimiento solo está siendo un vehículo para que el pueblo exprese su sentimiento y se llame a la constituyente, pero no son ellos quienes levantarán el texto de la nueva constituyente.
En cuanto a la intención de algunos partidos políticos de ayudar a la recolección de firmas desde sus militancias, González dijo que al final del proceso están dispuestos a sumar las firmas de todos los que hayan recolectado porque no conlleva ningún tipo de beneficio, asegurando que el movimiento es completamente ciudadano.
Concluyó diciendo que en esta iniciativa los ciudadanos llaman a la constituyente, los ciudadanos eligen a los constituyentes y los ciudadanos aprueban la constitución mediante referéndum.