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Ciudad de Panamá, Panamá/Un incremento en el registro de fracturas por fragilidad en mujeres y hombres a partir de los 50 años se ha registrado en los últimos años, según advirtieron especialistas. Por tal motivo y, en el marco del Día Mundial de la Osteoporosis, hicieron un llamado a la prevención a través de una adecuada nutrición, actividad física y exámenes de control.
La osteoporosis es una enfermedad ósea que reduce la densidad y calidad de los huesos, afectando de forma directa la estructura del esqueleto. Esta condición se desarrolla de manera progresiva, dado que los huesos, aunque tengan aspecto de estructuras rígidas, se encuentran en constante renovación: el organismo forma un nuevo hueso y descompone el viejo.
Cuando las personas son jóvenes, antes de los 20 años, el proceso de formación ósea es más rápido que la pérdida, lo que permite aumentar la masa ósea. Sin embargo, después de los 30 años este proceso se ralentiza y, con el envejecimiento, la pérdida de masa ósea supera la capacidad de regeneración del cuerpo.
La especialista en ortopedia y traumatología, Dra. Aldimarina López, explicó que una de cada dos mujeres sufrirá una fractura por fragilidad a lo largo de su vida. Estas fracturas pueden ocurrir sin necesidad de una caída fuerte, e incluso durante actividades cotidianas, como caminar.
“Si tú tienes una fractura de muñeca, de cadera o de húmero que son fracturas grandes y tú nada más ibas caminando, tú tienes una fractura por fragilidad y tienes osteoporosis”, advirtió la doctora López.
Aunque la enfermedad afecta en mayor medida a las mujeres, los hombres tampoco están exentos: uno de cada cinco podría experimentar una fractura por fragilidad. La especialista señala que las fracturas más frecuentes son las de columna, muchas veces sin dolor, lo que las hace pasar desapercibidas. En personas mayores, estas lesiones pueden provocar deformidades como la típica “joroba” o encorvamiento de la espalda.
Sin embargo, se pudo conocer que las fracturas de cadera son las más peligrosas, dado que pueden comprometer la vida del paciente. “Todas las semanas estamos operando fracturas de cadera y, lo que más me aterra, es que ya no era como antes de 80 o 90 años. Ahora estoy operando pacientes de 60 años. Estamos envejeciendo de manera incorrecta”, expresó López.
Según datos médicos, el 30% de las personas que sufren una fractura de cadera fallecen durante el primer año posterior al accidente. La doctora señaló que, durante la pandemia de COVID-19, la tasa de mortalidad era del 2%.
La especialista advierte que los cambios hormonales son un factor determinante. En las mujeres, la reducción de estrógenos tras la menopausia debilita los huesos, mientras que en los hombres influye la disminución de testosterona. Aunque las fracturas de cadera son más frecuentes en mujeres, los hombres que las sufren tienen una mayor tasa de mortalidad, ya que suelen acudir al médico cuando la enfermedad está avanzada o presentan otras comorbilidades.
El principal examen para detectar la osteoporosis es la densitometría ósea, que mide la cantidad y calidad del hueso. Este estudio debe realizarse en mujeres mayores de 50 años, especialmente después de la menopausia, y en hombres a partir de los 65.
No obstante, las personas con enfermedades crónicas, diabetes, consumo frecuente de corticoides, tabaquismo o consumo excesivo de alcohol deben realizarse la prueba antes de esa edad. La doctora López también aclara un mito común: la absorción de calcio no se limita a la infancia.
Aunque los productos lácteos son una fuente importante de calcio, no son la única opción. La especialista recomienda incluir en la dieta alimentos como brócoli, espinaca, pimentón verde y semillas de ajonjolí, que aportan una cantidad significativa de este mineral. Además, la exposición moderada al sol es fundamental para la síntesis de vitamina D, esencial para la absorción del calcio.
También hizo un llamado a los padres a fomentar el ejercicio físico en los niños. A pesar de su impacto, en Panamá la osteoporosis aún no recibe la atención que merece. López advierte que el 70% de quienes sobreviven a una fractura de cadera sufren secuelas permanentes: el 35% queda con discapacidad y solo una minoría logra recuperar su movilidad previa.