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Ciudad de Panamá, Panamá/La incidencia de enfermedades renales sigue en aumento en Panamá, y con ello crece la preocupación por la capacidad del sistema sanitario para cubrir la demanda de terapias.
Pedro Vargas, miembro de la Asociación de Pacientes con Insuficiencia Renal Crónica, señaló que, desde hace cerca de seis años, la falta de infraestructura generó que el Ministerio de Salud (Minsa) recurriera a la compra de servicios externos en clínicas privadas, un modelo que ha permitido ampliar el acceso, pero que en la actualidad presenta serias deficiencias.
Vargas indicó que Panamá, comparada con otros países de Centroamérica, ha logrado un buen estándar de calidad y accesibilidad en las terapias; actualmente existen cinco clínicas que prestan el servicio a pacientes no asegurados.
Uno de los principales problemas, indica, gira en torno a la falta de cupos en centros de diálisis, situación que obliga a entre 30 y 70 pacientes a permanecer internados en el Hospital Santo Tomás, no por una condición médica que amerite internación, sino porque no pueden recibir las tres terapias semanales que requieren. Esta hospitalización prolongada, advirtieron, ocupa camas indispensables para pacientes que sí requieren atención crítica, afectando el funcionamiento general del hospital.
De igual forma, Manuel Gómez, también miembro de esta Asociación, expuso que algunos pacientes, como él, cuentan con cupo asignado; cuando son hospitalizados, no reciben las terapias completas, debido a que la capacidad de tratamiento es compartida entre varios internos. Gómez relató las dificultades que enfrentan indicando que algunos pacientes llegan a sus procedimientos sin desayunar para conectarse cuatro horas a una máquina.
Expresó que necesitan centros más cercanos, transporte accesible y condiciones dignas para realizar el tratamiento. Ambos representantes también denunciaron que existen clínicas habilitadas en Panamá Oeste y San Miguelito que podrían atender mayor cantidad de pacientes, pero no reciben asignaciones, obligando a muchos a viajar de Chorrera y otras zonas del interior hacia la capital, incluso madrugando desde las 2:00 o 3:00 a.m.
Pese a que el Minsa ha invertido entre 10 y 12 millones de dólares para cubrir la atención de 400 pacientes, surgió un desacuerdo tras la apertura de una nueva clínica en Tumba Muerto, la cual indican que no está ubicada en áreas con alta demanda como San Miguelito, Tocumen o Panamá Oeste. Según señalaron, esta clínica recibió 50 cupos sin criterios claros, mientras que otras con capacidad instalada quedaron subutilizadas.
Durante la reciente licitación para cinco años de servicios, representantes denunciaron que no se tomó en cuanta una clínica grande y lista para funcionar en Chorrera, e igualmente servicios disponibles para la población de San Miguelito. Mientras tanto, la clínica ubicada en pleno centro de la ciudad terminó recibiendo 100 pacientes, lo que, consideran, no tiene justificación técnica ni lógica de distribución.
Los voceros subrayaron que cada diálisis tiene un costo aproximado de 160 dólares, y un paciente recibe alrededor de 13 sesiones mensuales. Señalaron además que, aunque el presupuesto en el interior del país fue incrementado correctamente, no se ha aplicado la misma lógica para aliviar la carga en la capital, donde continúan los traslados agotadores y la saturación del Santo Tomás.