Panamá enfrentará grandes retos de recuperación académica con el regreso a clases presenciales

El cierre de las escuelas a causa de la pandemia de la COVID-19 ha dejado graves consecuencias en el estudiantado panameño, y es que, aunque el sistema educativo hizo grandes esfuerzos para continuar con la educación de los niños y adolescentes, las falencias que ya sufría se profundizaron más, dejando a toda vista las carencias del país en esta materia.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) durante este periodo realizó varios estudios que demostraban las afectaciones que estaba dejando la situación, y solicitando que se aumentaran los esfuerzos por volver a clases de forma presencial, siendo Panamá uno de los países que tuvo sus escuelas cerradas por más tiempo.

Francisco Trejos, Consultor en Educación de la Unicef, reconoció el esfuerzo que está haciendo la comunidad educativa para volver a la presencialidad, recordando que antes de la pandemia existían grandes retos de aprendizaje y este retorno es un gran paso para iniciar el proceso de recuperación, no solo de aprendizaje, sino de la parte socioemocional que se ha visto afectado para los menores.

Destacó que la educación es una tarea de toda la sociedad, autoridades, comunidad educativa y organizaciones internacionales, sin embargo, cuando se pregunta sobre quién recae la responsabilidad los padres de familia dicen que es de los directores, los docentes dicen que es de los padres de familia, entonces, hay que reconocer que todos tienen responsabilidades en el proceso de aprendizaje.

“Antes de la pandemia cerca de 100,000 estudiantes entre 5 y 20 años estaban fuera del sistema educativo, otros 200,000 estaban dentro del sistema, pero no están aprendiendo. De estos, 73,000 tienen uno o dos años de rezago por lo que existe el riesgo de que salgan del sistema. En preescolar 31,000 niños no están recibiendo prescolar”, detalló Trejos.

Dijo que al inicio de la premedia es que se empieza a experimentar el fenómeno de exclusión educativa y abandono de las escuelas, lo que se puede prevenir si se logra mejorar la transición entre la primaria y la premedia donde existe una caída de más del 30% entre los repetidores y aplazados.

“Pasamos de un 98% de aprobados en sexto grado a un 30% de no aprobados, entonces es un reto que tenemos en el sistema”, aseveró.

El consultor de la Unicef dijo que uno de los grandes problemas es que el programa educativo está sobrecargado en contenido y hay que focalizarse en la calidad educativa, señalando que hay que establecer estrategias para mejorar la calidad educativa a largo plazo, a corto plazo sería la capacitación de los docentes para que desarrollen competencias pedagógicas ligadas a la realidad.

Sobre los niños que hicieron los primeros años de escolaridad desde casa, dijo que el volver a las escuelas tiene un impacto psicoemocional, de igual manera los adolescentes que tuvieron dos años fuera de las escuelas volverán a tener contacto con sus compañeros y docentes, es por eso que se recomienda que en este primer mes de clases sea un proceso de adaptación, donde se esté pendiente de la salud mental de los estudiantes, sobre todo los adolescentes.

Además, es necesario enfocarse en lo fundamental para mejorar las falencias en lectura, matemáticas, y pensamiento científico.

¿Qué es la comunidad educativa?

Trejos la definió como la comunidad compuesta por directores, docentes, administrativos, padres de familia y estudiantes. Durante el periodo de pandemia el Ministerio de Educación junto a la Unicef trabajó en lineamientos para el retorno de los estudiantes, y una de las recomendaciones es fomentar la comunidad de cuidado entre estudiantes, padres de familia y docentes para que nadie se quede atrás.

Reiteró que es responsabilidad de todos velar por el aprendizaje, evitar situaciones de violencia y abuso; además, dijo que es clave que se retomen los servicios de nutrición y salud en las escuelas.