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Ciudad de Panamá, Panamá/La Asamblea Nacional arrancó este martes 1 de julio la primera legislatura del segundo período en la cual asistió el presidente José Raúl Mulino, quien presentó su informe a la Nación al cumplirse exactamente un año desde que asumió la presidencia.
El presidente José Raúl Mulino completó su primer año de gestión en medio de controversias por la reforma de la Caja de Seguro Social (CSS) y un ambicioso plan de modernización del Estado que promete transformar la administración pública panameña. En sus primeras palabras, Mulino felicitó al diputado Jorge Herrera por su elección como nuevo presidente de la Asamblea y destacó que su designación "refleja la voluntad democrática de la libre determinación de este órgano del Estado".
El mandatario hizo un llamado a los diputados de todas las bancadas a trabajar unidos "con respeto y sentido de patria para impulsar leyes que fomenten el bienestar y desarrollo de la población que los eligió". "Espero colaborar de manera constructiva con el nuevo presidente de la Asamblea en un ambiente de diálogo y compromiso por el bien común", declaró el presidente.
Durante su intervención, Mulino envió un mensaje contundente sobre su estilo de gobierno: "Este resultado envía un mensaje claro: en esta nueva forma de gobernar no hay presiones, compra de conciencia, maletinazos ni matraqueos". El presidente subrayó que respeta "profundamente la separación de poderes" y celebró que la elección de la directiva legislativa haya sido "reñida, transparente y justa". Mulino reveló que en los últimos días se reunió de forma presencial o telefónica con distintos diputados de todas las bancadas, pero destacó que estos encuentros fueron "nunca a escondidas, siempre en el Palacio de las Garzas y no metidos por ahí en recovecos extraños".
Durante su discurso, Mulino criticó a las administraciones anteriores. "Me habría gustado poder hablar solo del futuro y no de todo lo que tuvimos que resolver del pasado", declaró, refiriéndose a lo que calificó como una "pesada herencia" que consumió recursos, tiempo y esfuerzos durante todo el año.
El mandatario denunció haber recibido una CSS en condiciones críticas, un Estado con la deuda pública más alta de su historia y a punto de perder el grado de inversión. "Recibimos obras detenidas, ministerios y entidades golpeados por la desidia de gestiones que pusieron la política por encima de llevarle soluciones reales a las personas", afirmó.
Durante este primer año, el gobierno interpuso 429 denuncias por hallazgos relacionados con lesiones patrimoniales. "Destapamos una verdadera olla de grillos donde estaban metidas las manos de los grandes de la política", declaró Mulino, refiriéndose a negociados de obras inconclusas con precios exorbitantes.
La reforma de la CSS se convirtió en el tema más controvertido del primer año de gestión. Mulino defendió la medida como "imperativa y absolutamente necesaria", explicando que el sistema estaba colapsado: no se podían garantizar pensiones, la mora quirúrgica era de meses y prácticamente no había medicinas.
"Hacerme el de la vista gorda y seguir con la misma política 'guabinosa' de siempre, esperando que le explotara a otro, no era una opción para mí", declaró el presidente.
El proceso de reforma comenzó el 9 de agosto de 2024 con reuniones en el Palacio de las Garzas. Se instalaron dos comisiones —de Salud y de Invalidez, Vejez y Muerte— donde participaron sindicatos, cámaras empresariales y representantes de pacientes durante dos meses de reuniones semanales.
El proyecto final, aprobado por 48 de los 71 miembros de la Asamblea Nacional, la cual el mandatario manifestó que difiere de la propuesta original del Ejecutivo de forma significativa. "El 60% de la propuesta del Ejecutivo fue modificada, tras cinco meses de debates abiertos", destacó Mulino.
Una de las decisiones que destacó Mulino fue postergar cualquier modificación a la edad de jubilación. "Será en el marco de una próxima campaña electoral cuando los candidatos deberán asumir una posición clara ante el país", explicó el presidente.
Las protestas contra la reforma generaron tensiones significativas. Mulino criticó a líderes sindicales y políticos que "saltaron la cerca y pasaron a la acción con violencia", aprovechando la reforma para intentar desestabilizar al gobierno.
"Manipularon y tergiversaron la información", acusó el presidente, quien destacó que "8 de cada 10 detenidos por las violentas acciones no cotizan en el Seguro".
El mandatario fue especialmente crítico con el sector magisterial, señalando que maestros "leídos, formados y educados cayeron en la trampa de las mentiras difundidas por algunos líderes sesgados ideológicamente". Les hizo un llamado directo: "Regresen a las aulas y salven el año escolar".
Otro tema que generó debate fue el Memorando de Entendimiento firmado con Estados Unidos. Mulino rechazó categóricamente las interpretaciones que lo califican como una violación a la soberanía nacional.
"No contempla bases militares ni cesión territorial de ningún tipo y puede ser cancelado por Panamá de forma unilateral con seis meses de notificación", explicó el presidente, agregando que se trata de uno más de al menos 23 acuerdos similares suscritos desde 1990.
Mulino reafirmó su compromiso con la neutralidad del Canal y anunció que el 2025 será declarado como el año de la "Alfabetización Constitucional", con miras a una futura Asamblea Constituyente.
En el ámbito económico, el presidente destacó que Panamá está recuperando credibilidad. Las proyecciones colocan al país con un crecimiento cercano al 4% del PIB, producto de "una administración responsable y del uso eficiente de los recursos públicos".
El Plan Estratégico de Gobierno revisó más de 2,500 proyectos de inversión pública, logrando reducir costos sin afectar obras y servicios. A nivel internacional, Panamá avanza hacia su salida de la lista de la Unión Europea y ha incrementado su interacción con la OCDE.
El país asumió un rol destacado en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde ejercerá la presidencia en agosto, y fue designado como sede regional del Proyecto Copernicus de la Unión Europea.
Mulino anunció una ambiciosa reforma del Estado que incluye la transformación del Banco Hipotecario Nacional en un Instituto de Fomento a Viviendas de Interés Social, con una reducción del 80% de la planta laboral actual.
El mandatario también informó que el Banco de Desarrollo Agropecuario se convertirá en un Instituto de Fomento Agropecuario, mientras que el Ministerio de la Mujer pasará a ser una Secretaría dentro del Ministerio de Desarrollo Social. De igual forma, informó que ProPanamá se integrará al Ministerio de Comercio.
En infraestructura, el gobierno ejecutó más de 400 millones en obras del MOP, concluyó la ampliación de la carretera Presidente Chiari y avanzó en proyectos como el Cuarto Puente sobre el Canal, cuyo sobrecosto permitiría "construir 35 mil viviendas nuevas o seis hospitales oncológicos".
En materia de salud, más de mil cirugías cardiovasculares y 800 urológicas se realizaron gracias al Plan de Rescate Quirúrgico. Se inauguró el Hospital Pediátrico de Alta Complejidad y se abrió el Hospital de Cancerología en la Ciudad de la Salud.
Por primera vez se centralizó la compra de medicamentos para enfermedades crónicas y raras, y se lanzó el programa "Medicamentos Más Baratos" con descuentos de hasta 96% en medicinas esenciales.
En seguridad, el gobierno logró una reducción del 99% en la migración irregular por el Darién, pasando de más de 500 mil personas en 2023 a cifras mínimas tras el cierre de rutas ilegales. La Policía Nacional alcanzó 90% de efectividad en capturas por homicidios, incautó más de 99 toneladas de droga y capturó a 66 de los más buscados del país.
Para los próximos meses, Mulino anunció importantes licitaciones, incluyendo la planta de tratamiento de lixiviados en Cerro Patacón, el teleférico de San Miguelito y la restauración de la Casa Wilcox en Colón.
En agosto se entregará el Policentro de San Isidro, que reunirá servicios para más de 150 mil personas, mientras que en septiembre se inaugurará el puente sobre el Río Bayano y el estadio Armando Dely Valdés en Colón.
Al finalizar su discurso, Mulino reconoció que "algunos no me consideran el más simpático, ni el más popular", pero reafirmó su compromiso: "Digo lo que pienso y hago lo que digo. Tal vez no siempre caigo bien, pero tengo la mejor de las intenciones y una sola motivación: servirle a Panamá".
El presidente extendió la mano "a quienes vean Panamá con esperanza" y los invitó "sin revanchismos, a que pongan al país y su gente primero", prometiendo aprovechar los cuatro años restantes "con más crecimiento, más obras y servicios, más oportunidades, más empleos y la esperanza de una vida mejor".