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Portobelo, Colón/El histórico Santuario San Felipe de Portobelo, reconocido como uno de los templos más visitados de Panamá y sede de la veneración del Cristo Negro, será restaurado tras la aprobación de una inversión de 12.2 millones de dólares.
El proyecto forma parte de un plan nacional que contempla más de 100 millones de dólares en restauración del patrimonio cultural edificado, tanto en la provincia de Colón como en el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá. De acuerdo con el arquitecto Joel Ceras, director de la Oficina del Centro Histórico de Colón, la obra busca recuperar la estructura original del templo sin interrumpir las festividades religiosas.
Ceras explicó que el proyecto es complejo y tomará alrededor de dos años, pero se mantendrá abierta al público mientras se avanza en los trabajos por etapas. Además del santuario, los trabajos incluirán la Capilla San Juan de Dios, el gacebo contiguo, y el entorno del templo, donde se adecuarán espacios para la venta de velas y artesanías, mejorando las condiciones para los peregrinos y comerciantes locales.+
Por su parte, Abel Aronategui, director del Centro de Arte y Cultura de Colón, destacó la relevancia cultural y económica de esta intervención. Manifestó que, más allá de lo religioso, la festividad del Cristo Negro es un acto de resistencia cultural y de esperanza. Agregó que esto representa una oportunidad de desarrollo económico para Portobelo, al dinamizar la economía creativa y fortalecer el tejido social.
Las obras se realizarán en dos fases: primero se intervendrá la mitad del templo mientras la otra parte permanece abierta; posteriormente, el proceso se invertirá. Uno de los objetivos principales es preservar al Cristo Negro dentro del santuario durante toda la restauración. Los estudios arqueológicos y científicos realizados previamente determinaron que el altar original, actualmente pintado de color marrón oscuro, poseía un alto valor artístico, por lo que se buscará recuperar su apariencia original, al igual que los vitrales y otros elementos coloniales.
El proyecto también forma parte de un esfuerzo más amplio de conservación que abarca las fortificaciones de San Jerónimo, San Fernando y el Castillo de la Gloria, así como la aduana de Portobelo, hoy convertida en el Museo de la Memoria Afrodescendiente.
Portobelo, designado por la Organización Mundial del Turismo en 2024 como uno de los 55 mejores destinos rurales del mundo, enfrenta el reto de consolidar su potencial turístico y cultural. Según Aronategui, esto requiere políticas públicas con enfoque territorial que incentiven el empleo juvenil y fortalezcan el turismo religioso durante todo el año.
“Requerimos empezar a cambiar un poco la narrativa porque Portobelo avanza. Estamos viendo estas inversiones que se están haciendo recientemente para la restauración de la iglesia, las fortificaciones. Ya se recuperó la aduana de Portobelo, que hoy es un museo de la memoria afro-panameña, así como también hoy hay más hoteles locales que están recibiendo a personas (...) Se requiere empezar a contar esas cosas positivas que están sucediendo aquí y a lo largo del año que hay otras tradiciones importantes”, subrayó el gestor cultural.