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Ciudad de Panamá/Este viernes, 7 de febrero, la atención de los panameños se centra en la crucial llamada que el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, recibirá a las 3:30 p.m. del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Este encuentro ocurre en un contexto de alta tensión, luego de que las relaciones entre ambos países se vieran sacudidas por polémicas recientes sobre el canal de Panamá y otros temas estratégicos.
Nivia Castrellón, exviceministra de Relaciones Exteriores, enfatizó que el país no puede permitir que se le trate sin el respeto que le corresponde como nación soberana. Destacó que el Canal tiene un blindaje constitucional que impide cualquier cambio unilateral en su funcionamiento y tarifas, y que la crítica de algunos funcionarios estadounidenses sobre el Tratado de Neutralidad de 1977 no tiene fundamento, ya que ese acuerdo sigue siendo vital para la seguridad y autonomía del país.
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La exviceministra resaltó que, si es el objetivo de Trump que se revise el Tratado de Neutralidad, Mulino debe ser firme en responderle que no se puede hacer, puesto que si hay algo que blinda y protege al país es ese resuelto.
“Más bien lo que Panamá debe hacer es todo un movimiento a nivel internacional, para buscar países signatarios que brinden más apoyo. Panamá necesita compañeros de viaje y siempre hay un país que ayuda”, apuntó.
Castrellón subrayó la importancia de que Panamá maneje su diplomacia de manera formal y no a través de redes sociales o diplomacia “tipo X”. Según ella, la transparencia es clave, pero también lo es mantener la calma en negociaciones delicadas. Resaltó que las declaraciones del presidente Mulino en días recientes, aunque en principio parecían mostrar disposición para colaborar con EE. UU., podrían ser interpretadas como señales de debilidad si no se manejan adecuadamente.
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Así las cosas, Castrellón hizo un llamado a Panamá para que se mantenga firme en su postura y no caiga en la trampa de ceder demasiado temprano en la mesa de negociación. Además, instó a que se generen equipos técnicos que puedan evaluar las propuestas y garantizar que cualquier acuerdo sea beneficioso para el país, sin comprometer su soberanía.
Además, advirtió que las negociaciones actuales sobre temas como el paso de migrantes por el Darién o los puertos panameños no están claras, ya que no existe un acuerdo formal. Sin embargo, destacó que, aunque Panamá podría apoyar algunas acciones puntuales, el presidente Cortizo está limitado por la Constitución y no puede ceder en asuntos fundamentales como el tratado de neutralidad.
Otro punto importante fue la influencia de China en la región, un tema que ha sido recurrente en los discursos de los funcionarios estadounidenses. Castrellón indicó que, aunque se critica la cercanía de Panamá con China, países como El Salvador y Costa Rica no han enfrentado cuestionamientos similares por su relación con la potencia asiática. Esta falta de consistencia en el discurso estadounidense podría complicar aún más las negociaciones.