Tarde lo Conocí
En vivo
Abuya, Nigeria/El exarquero internacional nigeriano Peter Rufai, que defendió a su país en los Mundiales de Estados Unidos 1994 y Francia 1998, murió este jueves en Lagos por una enfermedad, informó la Federación Nigeriana de Fútbol (NFF).
Popularmente conocido como 'Dodomayana', Rufai (61 años) vistió en 65 ocasiones la camiseta de Nigeria, con la que ganó la Copa de África de Naciones (CAN) en 1994.
"Lamentamos el fallecimiento del legendario arquero de las Super Águilas Peter Rufai, un gigante del fútbol nigeriano y campeón de África en 1994", publicó la NFF en la red social X.
Además de clubes de Nigeria y Benín, Peter Rufai vistió los colores de varias formaciones europeas, en Bélgica (Lokeren, Beveren), Países Bajos (Go Ahead Eagles), Portugal (Farense, Gil Vicente) y España (Hércules, Deportivo de La Coruña).
La selección de fútbol de Nigeria, conocida como las Súper Águilas, dejó una huella imborrable en la historia de los Mundiales de 1994 y 1998, consolidándose como una potencia emergente del fútbol africano. En ambos torneos, el equipo alcanzó los octavos de final, con un fútbol vibrante, físico y talentoso que conquistó al mundo. En el corazón de aquellas gestas estuvo Peter Rufai, el legendario arquero apodado “Dodo Mayana”, cuya figura trascendió generaciones.
La Copa Mundial de la FIFA Estados Unidos 1994 marcó el histórico debut de Nigeria en el torneo más importante del planeta. Dirigidos por Clemens Westerhof, los africanos lideraron el Grupo D, superando a selecciones de peso como Bulgaria (3-0) y Grecia (2-0), y cayendo por la mínima ante Argentina (1-2).
En los octavos de final, Nigeria estuvo a segundos de la hazaña ante Italia. Un gol de Emmanuel Amunike les dio la ventaja hasta que Roberto Baggio empató al minuto 88 y luego selló la victoria italiana en tiempo extra (1-2).
Peter Rufai, entonces con 31 años, fue un líder indiscutible bajo los tres palos. Con reflejos felinos, voz de mando y seguridad, comandó la zaga en todos los partidos. Destacó en el triunfo sobre Bulgaria con el arco en cero y sostuvo a su equipo ante Italia con intervenciones decisivas. Ese mismo año, Rufai ya se había consagrado campeón de la Copa Africana de Naciones (AFCON) con Nigeria en Túnez, y su actuación en el Mundial lo catapultó como uno de los mejores arqueros africanos de su generación.
Bajo el mando del serbio Bora Milutinović, Nigeria regresó al Mundial en Francia 1998 con expectativas altas. En la fase de grupos volvió a brillar: derrotó 3-2 a España en un duelo épico, venció a Bulgaria 1-0, y aunque perdió ante Paraguay (0-1), clasificó como primera de grupo. La derrota ante Dinamarca (1-4) en los octavos apagó el sueño, pero no el impacto.
Rufai, ya consolidado en Europa tras su paso por clubes como el SC Farense (Portugal) y el Deportivo de La Coruña (España), fue nuevamente la muralla de Nigeria. En el partido ante España, sostuvo al equipo con paradas clave que permitieron la histórica remontada. Aunque la goleada danesa fue un duro golpe, Rufai se mantuvo firme como símbolo de experiencia y temple en una selección repleta de talento.
Con 65 partidos internacionales, Peter Rufai no solo defendió la portería de Nigeria con honor, sino que se convirtió en un ícono del fútbol africano. Tras su retiro, se dedicó a la formación de jóvenes porteros y fue coordinador técnico del equipo sub-23 de su país. Su legado inspiró a nuevas generaciones a soñar en grande.
El pasado 3 de julio de 2025, Rufai falleció a los 61 años tras una prolongada enfermedad. La noticia conmocionó al continente y al mundo del fútbol. La Nigeria Football Federation (NFF) lo despidió con un emotivo comunicado: “Un gigante del fútbol nigeriano y campeón de la AFCON 1994. Su legado vive entre los postes y más allá”.
Las participaciones de Nigeria en 1994 y 1998 no solo elevaron el prestigio del fútbol africano, sino que mostraron al mundo el poder de un equipo con alma, corazón y talento. Entre todos sus nombres ilustres, Peter Rufai ocupa un lugar privilegiado como el arquero que defendió los sueños de un continente, con carácter, técnica y un espíritu que permanece vivo en la historia.