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Panamá/La jornada 3 de LaLiga EA Sports 2025-2026 quedó empañada por fuertes controversias arbitrales, con el VAR como protagonista de una serie de decisiones que desataron la indignación de clubes, aficionados y medios internacionales.
Lo que debía ser un fin de semana de puro fútbol terminó convirtiéndose en un debate abierto sobre la transparencia y la justicia en una de las ligas más prestigiosas del planeta.
En el duelo Rayo Vallecano vs. FC Barcelona (1-1), el protagonismo se lo llevó un penalti polémico señalado a favor de los azulgranas. Lo más grave fue que, según reportes, el VAR dejó de funcionar en pleno partido, imposibilitando la revisión de la jugada. La reacción en redes sociales fue inmediata: miles de aficionados denunciaron “favoritismo” hacia el Barça.
El choque entre Real Madrid y Mallorca (2-1) tampoco escapó a la polémica. El Madrid vio anulados tres goles por supuestas faltas y fueras de juego que encendieron la furia del Santiago Bernabéu. Aunque finalmente remontaron con tantos de Arda Güler y Vinicius Jr., los cánticos de “¡Corrupción en la Federación!” retumbaron en las gradas. La prensa internacional recordó incidentes similares, como el Real Madrid vs. Almería en 2024, donde también el VAR estuvo en el centro de la crítica.
El Atlético de Madrid tampoco salió ileso. Su empate 1-1 frente al Alavés llegó acompañado de reclamos por un gol validado pese a sospechas de fuera de juego. Desde Vitoria, el club estudia presentar una queja formal, según portales como footboom1.com.
No es la primera vez que el arbitraje español enfrenta este nivel de cuestionamiento. El año pasado, el caso Negreira, que vinculó al FC Barcelona con pagos a un exvicepresidente del CTA, dejó una herida abierta en la confianza del sistema. Aunque el Comité Técnico de Árbitros implementó medidas como explicaciones públicas cada dos jornadas, la percepción de opacidad persiste.
Incluso voces expertas como la del exárbitro Eduardo Iturralde reconocen que “las reglas del fútbol son interpretativas”, pero admiten que el ruido mediático es hoy mucho más fuerte.
El CTA, dirigido por Fran Soto, ha prometido mayor transparencia: desde anunciar las designaciones arbitrales con un día de antelación hasta sancionar las protestas masivas en la zona VAR. Sin embargo, varios clubes exigen un organismo independiente que supervise decisiones, algo que aún no se ha materializado.
Para analistas como El Nuevo Herald, el verdadero problema es estructural: “La calidad de los árbitros no está a la altura de los jugadores”. Aunque el VAR corrige errores, la subjetividad sigue condicionando resultados.
La credibilidad de LaLiga está en juego. La percepción de favoritismo hacia los grandes clubes, sumada al eco del caso Negreira, amenaza con restar prestigio a la competición frente a la Premier League y otras ligas europeas.
La jornada 3 ha dejado un mensaje claro: el arbitraje sigue siendo el punto más débil del fútbol español. Y mientras los goles se celebran en el campo, las preguntas sobre justicia e imparcialidad se imponen en el debate.
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