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La pandemia de la COVID-19 nos deja un país con muchos más retos de los que ya teníamos antes de iniciar el 2020. La profundización de los problemas en el sector salud y educación; y el avanzado deterioro de la economía nacional son las grandes preocupaciones de los panameños al iniciar el 2021.
Cuando empezaban a surgir brotes de esperanza impulsados por la aprobación de varias vacunas contra la enfermedad y las declaraciones del gobierno de que las primeras dosis llegarían en el primer trimestre del año, el desánimo y la incertidumbre volvió a tocar la puerta de los panameños y el sector empleador.
El nuevo confinamiento de 14 días para las provincias de Panamá y Panamá Oeste ha sido calificado por muchos como peligroso para la salud financiera del Estado y podría desencadenar la clausura de muchas pequeñas empresas que no se terminan de recuperar del cierre obligado por 10 meses.
Para el economista Felipe Argote, no se pueden imponer medidas sin alternativas que limiten el desastre económico de las personas. Considera que con enviar a los trabajadores a sus casas acumulando deudas, realmente se está destruyendo a la clase media, porque no hubo una estrategia, y no hubo subsidios suficientes.
Resaltó que actualmente en Estados Unidos se está dando un subsidio de mil 200 dólares, y aunque aquí no se pueda dar esa cuantía, si es posible entregar a los trabajadores un bono de 300.00 dólares para que paguen algunas de sus cuentas.
“Realmente están destruyendo a la clase media, porque no hubo un plan y todavía no tienen un plan de cómo reactivar la economía”, sostuvo.
A 17 días de haber asumido el poder como Presidente de la República en 2019, Laurentino Cortizo anunció en su cuenta de Twitter la emisión de 2 mil millones de dólares en bono que servirían para pagar a proveedores del Estado y reactivar la economía, la cual presentó síntomas favorables en el primer trimestre del 2020.
Sin embargo, en marzo lo inevitable sucedió, se detectaron los primeros casos del nuevo coronavirus, dando un giro de timón y volcando todos los esfuerzos del gobierno a la lucha contra la pandemia, una de las primeras medidas fue ordenar el cierre de actividades no esenciales y un confinamiento que duró aproximadamente seis meses.
Desde entonces el gobierno ha solicitado una serie de préstamos millonario elevando la relación de la deuda con el Producto Interno Bruto (PIB) de 38 % a 63 %, según cuenta Argote.
“En los últimos meses se ha elevado la deuda unos 6 mil 200 millones de dólares
A pesar del exagerado endeudamiento de Panamá durante el año 2020, Argote considera que aún se puede acceder a nuevos préstamos gracias al Canal de Panamá que genera entre mil 700 a 2 mil millones de dólares anuales, pero esto tiene un límite al que nos acercamos cada vez más, y si solo se piden préstamos para pagar planillas estamos retrocediendo 20 años.
Una de las estrategias que podría implementar el gobierno para una rápida recuperación económica según Argote, es la entrega de bonos de 300.00 dólares a los trabajadores a los trabajadores suspendidos retroactivos a abril para que así las personas tengan una capacidad de mil 500 dólares y puedan abonar las deudas acumuladas; según sus cálculos esto representa alrededor de 600 millones de dólares al mes.
Para el especialista, esto debe ir acompañado de un agresivo plan de obras públicas que permita recuperar la economía. “De lo contrario vamos a quedar sin clase media, con la economía destruida y una explosión social que se ve venir”, manifestó.
Conforme con lo mencionado arriba, Argote considera que Panamá podría recuperarse rápido gracias al rebote que se estima habrá a finales del 2021, donde la economía mundial se va a disparar.
“Nosotros lo que hacemos es mover barcos y mercancía así que estamos en condiciones de recuperarnos rápido, pero si no hay estrategias y seguimos con lo mismo que estamos haciendo, la economía se va a recuperar en el año 2025”, aseveró.
Continuó diciendo que “se debe apostar a impulsar la logística y los ingresos que nos genere debemos llevarlos a otros sectores mediante educación, salud e infraestructura para crear las condiciones que hagan crecer los otros sectores y que no se concentre la riqueza en pocas manos”.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República, las actividades que más decrecieron en comparación con el año 2019 fueron la construcción en un -52.9 %, hoteles y restaurantes -51.4 % y otras actividades como juegos de azar que decrecieron -50.5 %.
Solo actividades como la agricultura, pesca, actividades de servicios sociales, salud privada y la explotación de minas y canteras presentaron resultados positivos durante la pandemia.
El INEC también da cuenta de que “el desempeño de la economía panameña en el tercer trimestre de 2020, medido a través del Producto Interno Bruto Trimestral (PIBT), presentó una caída de 23.6%
La paralización de las actividades del sector secundario de la economía ha significado un descalabro en la recaudación de impuestos para los gobiernos locales y el gobierno central que requiere de estos recursos para desarrollar obras de interés social y hasta para seguir haciéndole frente a la pandemia durante los próximos meses.
Este nuevo año inicia con la motivación de que países vecinos han iniciado su proceso de vacunación contra la COVID-19 y Panamá pronto podría celebrar la noticia de la llegada del primer lote de dosis de vacunas de Pfizer, además de la vacuna de AstraZeneca que recientemente fue aprobada en Reino Unido.
Si se establecen políticas públicas y se trazan estrategias claras para generar empleo y salvar la economía no solo de las empresas, sino de las personas, Panamá podría estar pasando el trago amargo de la crisis económica a pasos rápidos, pero de no hacerse, seguramente las consecuencias serán graves y la recuperación tardará más de lo que esperamos.